“Sería lógico que nos dieran un viático para cuando estamos en Montevideo o que nos achicaran el tema de los impuestos”, dijo el diputado Gerardo Amarilla (Unidad Nacional) a Últimas Noticias. Este diputado planteó hace años que los diputados del interior accedieran “a ciertas compensaciones”.
Amarilla llega los lunes a Montevideo, luego de seis horas de viaje desde Rivera. Según cuenta, trasladarse y mantenerse le cuesta unos 5.000 pesos a la semana. Duerme en la casa de sus padres, con los que colabora económicamente, y mantiene su hogar en Rivera.
Esto que le sucede a Amarilla, no es muy diferente de lo que vive un estudiante del interior en Montevideo. Trasladarse todas las semanas (o cuándo puede) y que su familia mantenga dos hogares. Sin embargo, hay ciertas diferencias.
En los últimos cuatro años se otorgaron 23.878 becas del Fondo de Solidaridad para estudiantes del interior. Estas becas se otorgan a aquellos estudiantes que en su hogar tienen un ingreso per cápita máximo de hasta 6.678 pesos mensuales. El dinero que reciben de esa beca es 4.452 pesos mensuales.
En pesos corrientes, sin tomar en cuenta la inflación, el ingreso medio de un hogar del interior se situó en 26.700 pesos durante octubre.
Con este panorama, las familias del interior se las ingenian para enviar a sus hijos a estudiar a Montevideo. Pero a los legisladores se les hace complicado con los 116.713 pesos que reciben de sueldo básico.
José Amy (Vamos Uruguay) diputado por Soriano dice que gasta 23.000 pesos mensuales en combustible para su auto. Cuando está en Montevideo, duerme en un hotel porque no le dan “los números para alquilar un departamento”. Paga 2.000 pesos a la semana.
Amy aclaró que no hace ni un reclamo ni una reivindicación pero le parece “injusto que a igual tarea percibamos sueldos diferentes. Es un sinfín de gastos y en un año y medio hacés puré un auto. Sería justo al menos una reposición para quedar en pie de igualdad”.
Amy dice que no quiere reclamar, pero lo hace. Por el mismo dinero, podría alquilarse un apartamento en la Aguada, incluso cerca del Palacio Legislativo, por 8.000 pesos con 650 de gastos comunes, como este que se ofrece en Fernández Crespo, próximo a la Facultad de Medicina. Y si está preocupado por el gasto en combustible, podría viajar en ómnibus, como cualquier estudiante que paga cerca de 500 pesos ida y vuelta desde Mercedes.
Según la nota de Últimas Noticias, la visión de estos diputados “coincide en líneas generales con la visión de muchos de sus colegas en los pasillos del Palacio Legislativo”.
Sería bueno que los diputados dejen de mirar su ombligo y se ubiquen en el país que viven. Porque si para ellos es difícil viajar y mantenerse en Montevideo, cómo será para esos 23.000 estudiantes que viven con becas del fondo de solidaridad. Tal vez los legisladores podrían pensar cómo mejorar la situación de estos jóvenes. Para eso están.
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