La semana pasada Moreira convocó a comisión al ministro de Transporte, Enrique Pintado, y al directorio de Pluna Ente Autónomo. Allí presentó datos de los tres balances disponibles hasta el momento, en los que Pluna Sociedad Anónima ha registrado pérdidas. En el primer ejercicio se perdieron 25 millones de dólares, en el segundo 22 millones y en el tercero 17.600.000 dólares.
Además de cuestionar las garantías que ha dado el Estado para la compra de diez aviones, el senador apuntó en No toquen nada (Océano FM) dónde cree que está el origen de las pérdidas de la empresa. “Uno lo escucha hablar al gerente general de Pluna y es una maravilla. Vuela a Brasil, más frecuencias, mayor conectividad... pero sigue perdiendo plata. El otro día el presidente de Pluna ente autónomo dijo que la operatividad anda bien, que no tienen prácticamente pérdidas operativas. Pero tienen otros escapes como, por ejemplo, retribuciones magníficas para el personal gerencial”, afirmó.
Entre los gastos cuestionados, Moreira enumeró que el gerente general de Pluna S.A, Matías Campiani, cobraba un salario en junio de 2010 de 309.312 pesos. En total, los 14 gerentes de la empresa tenían remuneraciones anuales por 1.815.000 dólares. Además hubo varios bonos por buen desempeño por montos de 300.000 pesos, 157.000 pesos, 678.560 pesos y 1.926.540 pesos, entre otros, señaló.
“Es un regalo seguramente por la buena gestión, los bonos totalizan 3.760.772 pesos. En una empresa que ha perdido eso no me parece que haya nada para premiar”, señaló Moreira.
El senador también cuestionó el gasto en el rubro de “servicios recibidos, honorarios y asesorías”. Allí citó a un call center que cobró 455.000 dólares en un año, una sociedad anónima que asesora a la gerencia por un monto de 428.050 dólares y un asesoramiento legal en el Reino Unido -donde Pluna no vuela- por 50.000 dólares.
En total, según los balances presentados ante la Justicia por una demanda que el Estado presentó contra sus socios en Pluna cuestionando un acuerdo con la empresa Aerovip, el gasto anual en asesorías fue de 3.019.000 dólares. Moreira duda que en realidad sean asesorías. “No lo puedo probar pero me parece muy raro. El tema es que nadie sale a aclarar nada”, afirmó.
El “negocio” más cuestionado por el legislador, que ha seguido este tema desde su arranque en 2007 e interpeló a los ministros de la época Víctor Rossi y Danilo Astori, fue la compra del 60% de las acciones de Aerovip en Argentina por parte de una sociedad anónima que integran los mismos socios de Pluna Sociedad Anónima. La compra se hizo por 1.850.000 dólares “que los termina poniendo Pluna S.A”, dijo. “La plata sale de Pluna”, agregó.
Por ese negocio, uno de los aviones que compró Pluna S.A con las garantías del Estado uruguayo, fue arrendado a Aerovip con el objetivo de que hiciera vuelos de cabotaje en Argentina. Sin embargo, “no hizo uno. Sí voló en la malla de vuelos de Pluna, en el puente aéreo Montevideo - Buenos Aires, Punta del Este - Buenos Aires. Compitiendo con Pluna, en las mejores frecuencias de Pluna, con pasajeros de Pluna, con servicios de comercialización de Pluna, con servicio de abordo de Pluna. Todo de Pluna menos la tripulación que era argentina para no violar la leyes aeronáuticas”, describió.
Según los datos aportados por Moreira, en total esa empresa hizo 1.806 vuelos con ese avión durante poco más de un año. Llevó 105.661 pasajeros. “Pluna le compraba asientos a Aerovip en esos vuelos que eran de Pluna, con el avión de Pluna, con todo de Pluna”, afirmó. “¿Usted va a poner un competidor en su propia frecuencia, con su propio avión, comprándole pasajes más caros?”, preguntó.
El consorcio Leadgate, liderado por Campiani, llegó a Pluna en febrero de 2007, cuando el Estado le cedió el 75% del paquete accionario. El 25% restante quedó en manos de Pluna Ente Autónomo. Entonces se habló de que los privados invertirían 177 millones de dólares pero nunca concretaron esa capitalización. El Estado sí invirtió 80 millones de dólares para dejar la empresa saneada. Los privados “no pusieron absolutamente nada”, afirmó Moreira.
Desde entonces, agregó, “los contratos se han modificado siempre en perjuicio del Estado uruguayo”. Estimó que el pasivo en la actualidad es de 300 millones de dólares y puede llegar a 370 si se concreta la compra de otros tres aviones.
Moreira calificó a este proceso como “pésimo” para Uruguay. “Yo veo un proceso de deterioro incesante, de pérdidas que no se frenan. Una sangría para el Estado uruguayo que no para y pregunto cuál es el final”, afirmó. Los accionistas privados “no han puesto nada y pérdidas no van a tener nunca porque nunca acreditaron la solvencia. Las únicas garantías que dieron fue la prenda de sus acciones. ¿Cuánto valen sus acciones hoy con una empresa con este pasivo?”, preguntó.