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Miles de uruguayos que se animaron a cruzar hacia Argentina festejan en las tribunas del estadio Único. Poco importa el frío que congela en La Plata. Ellos están ahí y les agradecen a los jugadores por otra alegría. Una más de un grupo que a partir del trabajo, la dedicación, la entrega y el talento regala sonrisas.

Dentro del campo, los jugadores vestidos de celestes se abrazan sobriamente. Saben que falta un paso. Tienen claro que el futuro es más importante que el pasado. Se los ve felices, como cuando un grupo de amigos se gradúa. Eso armó Tabárez. Un grupo de amigos. Que se matan por la camiseta, que se entregan por la causa, que disfrutan de reencontrarse. Esa es la gran clave de todo.

Tienen el espíritu de un equipo de fútbol universitario que se junta los domingos para jugar entre amigos. Pero es la selección uruguaya. Y el pueblo la disfruta. Con su compromiso logró que el país volviera a ser hincha de la selección. Que sufriera y gozara otra vez por ella. Después de años de ser una selección privatizada y entregada a la impericia de los que hacían negocio con ella, volvió a ser el equipo de la gente.

Nadie puede disimular que fue mucho más excitante el cruce con Argentina que la semifinal, pero eso no impide disfrutar del momento. Uruguay está nuevamente en la final de la Copa América y de ganarla llegará a 15 títulos por lo que pasaría a ser el país con más torneos ganados.

La celeste le ganó sin discusión a Perú y ahora espera por Paraguay o Venezuela. En el torneo en el que Brasil y Argentina no sostuvieron su condición de favoritos, Uruguay sí lo hizo ante Perú.

En un partido friccionado, a los de Tabárez les alcanzó con una ráfaga en el inicio del segundo tiempo. En 10 minutos, la contundencia de Suárez posibilitó que Uruguay se pusiera 2 a 0 y ante esto, Perú se entregó. El equipo de Markarian estaba preparado para jugar con la ansiedad del rival pero no tenía libreto para remontar un marcador adverso.

En el primer tiempo el partido fue áspero y feo. Uruguay marcó mucho mejor a Paolo Guerrero que lo que lo había hecho en el partido inaugural de la Copa y las únicas aproximaciones peruanas nacieron en los pies de Juan Vargas.

A partir de la solidez defensiva, Uruguay empezó a buscar el arco rival. Con una línea final que por momentos pasó a tener tres futbolistas y Walter Gargano algunos metros más adelante de donde juega Diego Pérez, la celeste piso el área rival. Pero no lo hizo con determinación a tal punto que en todo el primer tiempo no hubo jugadas de gol claras.

Sin embargo y a pesar de la falta de claridad, la selección de Tabárez fue la que estuvo más cerca de la victoria. Con buenos momentos de Álvaro Pereira y Álvaro González, la presencia de Diego Forlán y la astucia de Suárez, fue quien más hizo por la victoria.

Pero en el segundo tiempo las cosas cambiaron. A los siete Diego Forlán tomó la pelota, fue de la punta al medio y le pegó de afuera del área. El arquero dio rebote y ahí estaba Suárez para tocar de primera.

Cuando Perú intentaba recuperarse del primer gol, Forlán y Álvaro Pereira combinaron por izquierda, Palito puso un pase genial y Suárez hizo el resto. Zafó de la desesperada salida del arquero y tocó suave para el gol a los 11.

Segundo gol de Suárez en Fútbol por 180

El partido se terminó con el 2 a 0. A Perú los esquemas se le alteraron y no tuvo estrategia para revertir el marcador. Tabárez sacó a Suárez, que estaba golpeado, y a Gargano, amonestado. La celeste mantuvo el orden defensivo y espero el final.

Después llegaron los abrazos medidos y sin euforia. Es que todavía queda un paso. Ellos lo saben mejor que nadie. Y están dispuestos a darlo.

Final del partido en Fútbol por 180

Galería de imágenes

Forlán y Suárez, tándem de gol para Uruguay (Maxi Failla / AFP)

Suárez escapa para el segundo gol (Maxi Failla / AFP)

Unos 8.000 uruguayos alentaron a la celeste en La Plata (Maxi Failla / AFP)

Coates, Arévalo Ríos y Eguren festejan el gol de Suárez (AFP)