"Tenemos 18 kilómetros de obra en mar y tierra. Cuando la obra esté terminada, Moisés protegerá a Venecia de una marea de tres metros", explicó a la AFP la arquitecta Flavia Faccioli, una de las responsables del grupo Consorzio Venezia Nuova, que reúne a las empresas encargadas del proyecto.
Mil obreros trabajan directamente en Venecia y 2.000 en la fabricación de los elementos de Moisés, señaló durante una visita a la obra en compañía de periodistas y autoridades.
"No hay atraso por el momento. Ya hicimos trabajos por un equivalente de 3.000 millones de euros. El primer test se hará julio próximo", agregó Faccioli que confirmó que el sistema será operacional en 2014.
Moisés es un sistema de 78 diques móviles repartidos en cuatro ramales en las tres entradas de la laguna de Venecia. La entrada mayor fue dividida con la construcción de una isla artificial en el medio.
Los diques están insertos en especies de artesones que reposan en el fondo del mar. En caso de una marea demasiado alta, los diques se "inflan" y salen de sus recipientes para proteger la laguna.
En la desembocadura del Malamocco, una de las tres entradas de la laguna con las de Chioggia y del Lido, se erige un bosque de grúas.
"Construimos simultáneamente 11 artesones", explica el ingeniero Enrico Pellegrini, director de la obra.
En esa obra con ribetes faraónicos, el cemento es especial, el acero en gran parte inoxidable y los artesones, de 60 metros de ancho y 27 metros de alto, monumentales.
"El más grande pesa 22.000 toneladas y será transportado como los otros con con unos artefactos de transporte especiales fabricados por una empresa noruega. Cada artefacto levanta 350 toneladas, el equivalente de un Boeing 747", explica el ingeniero.
Los recipientes serán transportados hasta el "sincrolift", una especie de ascensor que sirve para sumergirlos en el agua y luego remolcarlos al lugar donde serán hundidos para recibir los diques.
"Es una obra extraordinaria. Una de las más importantes de Italia y del mundo", comentó el alcalde de Venecia, Giovanni Orsoni.
"Sin la intervención humana, la laguna y sus alrededores desaparecen", agregó Orsoni.
La vulnerabilidad de Venecia se agravó con el paso de los años debido a la subida de las aguas. En el siglo XX, la Serenísima como se nombra a la célebre ciudad italiana, se hundió 23 centímetros.
Cada año, Venecia registra varios episodios de "acqua alta", como se denominan las mareas del Mar Adriático que superan el metro de altura, desbordando los canales e inundando los lugares más famosos de la ciudad, entre ellos la Plaza San Marcos.