Inquietos por Túnez y Egipto, dirigentes árabes prometen reformas

Los dirigentes de los países árabes, inquietos por las revueltas populares de Túnez y Egipto, comenzaron a tomar medidas de apertura y a prometer reformas, aunque un eventual aplastamiento del movimiento egipcio podría frenar ese impulso reformista, estiman los analistas.

Actualizado: 04 de febrero de 2011 —  Por: AFP

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"En un mes, el mundo árabe cambió más que en años", opina Ziad Majed, encargado de cursos sobre el Medio Oriente contemporáneo en la Universidad Norteamericana de París.

"El temor cambió de terreno: durante décadas, los regímenes autoritarios se mantenían gracias a la represión (...). Hoy, los regímenes tienen miedo y desean evitar a todo precio lo que ocurrió en Egipto y Túnez", agregó.

El presidente yemení Alí Abdalá Saleh, en el poder desde hace 32 años, anunció que renunciaba a disputar un nuevo mandato, pero sin conseguir calmar a la oposición que este jueves sacó a decenas de miles de manifestantes a las calles para reclamar reformas democráticas.

En Jordania, el rey Abdalá destituyó a su primer ministro ante la presión popular que exigía su salida, pero la poderosa oposición islamista criticó la opción de su reemplazante y llamó a nuevas manifestaciones el viernes.

En Siria, donde a través de las redes sociales hubo llamados a manifestaciones el viernes y el sábado, el presidente Bachar al Assad, que en 2000 sucedió a su padre, afirmó que quiere "continuar el cambio a nivel del Estado y de las instituciones".

En Argelia, el presidente Abdelaziz Buteflika anunció el jueves que el levantamiento del estado de urgencia, en vigor desde hace 19 años, ocurrirá "en un muy cercano futuro".

Buteflika, citado por la agencia APS, recordó que el estado de urgencia fue instaurado por "las necesidades de la lucha antiterrorista y por esta razón únicamente se prorrogó con bases legales".

Argelia vivió en los años 90 una década de violencia islamista que causó decenas de miles de muertos.

En Marruecos, el gobierno expresó su determinación a mantener las subvenciones para los productos básicos.

"Los regímenes desean mostrar signos de apertura y aceptan reivindicaciones que rechazaron durante décadas por temor a perder el control", estimó Majed.

Según este especialista, "la simple amenaza de manifestaciones de cólera en Jordania o en Yemen tuvo más consecuencias políticas que el militantismo clásico de los últimos años".

Majed destacó que el mundo árabe es "la única región del mundo donde los dirigentes se mantienen desde los años '60, y donde hay repúblicas que comienzan a tener el comportamiento de dinastías".

Pero si el régimen del presidente Hosni Mubarak consigue aplastar la revuelta, convirtiendo a la plaza Al Tahrir, en el centro de El Cairo, en un nuevo Tiananmen, los jefes de Estado árabes podrían verse alentados a no hacer concesiones, según los analistas.

"Creo que los países árabes reaccionarán de manera diferentes si hay un cambio de régimen en Egipto", estimó Emile Hokayem, un analista radicado en Bahrain, del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos.

"Si el presidente Mubarak sobrevive a esta ola de protestas, pensarán que no es necesario hacer concesiones políticas importantes y que tiene un margen de maniobra que les permitirá salir bien parados", agregó, estimando que las reformas anunciadas en Yemen o en Jordania podrían ser sólo "cambios de fachada".

Por su lado, Sophie Pommier, encargada de cursos en el Instituto de Ciencias Políticas en París, considera que "los regímenes árabes tiene dos ejemplos de gestión de la crisis frente a ellos: Túnez, donde el poder se derrumbó rápidamente, y Egipto, donde el régimen combinó represión, falsas concesiones, promesas, temor al caos y falsos cambios de equipo".

"Cada cual se adapta según su propio concepto, algunos pudiendo optar también por una muy fuerte represión", agregó, estimando que los países más frágiles parecen ser Yemen y Jordania.

Sin embargo, Ziad Majed se muestra optimista: "Si Mubarak, su policía y sus partidarios aplastan a los manifestantes de la plaza Al Tahrir, esto retrasará las reformas, pero no detendrá un movimiento irreversible."