Lewis fue pronunciada muerta a las 21H13 local (22.13 de Uruguay) en la prisión de Greensville, dijo el portavoz Larry Traylor.
En las afueras de la cárcel un grupo de unos 30 opositores a la pena de muerte hicieron sonar una campaña y rezaron al tiempo que Lewis se dirigía a su muerte.
Se trata de la decimosegunda mujer ejecutada en Estados Unidos desde el restablecimiento de la pena de muerte en 1976. En el mismo periodo murieron 1.215 hombres. Virginia es el estado más activo en el tema detrás de Texas (sur).
Por otra parte, es la primera mujer ejecutada en el estado después de Virginia Christian, una estadounidense negra de 17 años muerta en la silla eléctrica en 1912.
El martes, la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó un recurso de último momento para suspender su ejecución.
"Está muy decepcionada (...) Ella quiere vivir, pero está en paz consigo misma", había asegurado a la AFP su abogado James Rocap.
Lewis se declaró culpable de contratar a dos hombres en 2002 para asesinar a su marido y a su hijastro para quedarse con los 350.000 dólares de su seguro de vida.
Es "la prueba perfecta de que el sistema de la pena de muerte no funciona", declaró este jueves el abogado a la publicación National Law Journal.

La mujer tenía un coeficiente intelectual de 72, poco más del umbral de 70 debajo del cual se considera que la persona tiene una deficiencia mental. La Corte Suprema de hecho prohíbe las ejecuciones de acusados con coeficiente intelectual menor a 70.
Por ello los jueces estimaron que su coeficiente de 72 le permitía concebir el plan por el que fue condenada a la pena capital.
El gobernador de Virginia, Bob McDonnell, dijo el jueves que "ningún profesional de la medicina concluyó que Teresa Lewis cumple con la definición médica o legal de una persona con retraso mental".