El bar Girasoles, ubicado en la esquina de Colonia y Yí, estuvo repleto, incluso con gente parada alrededor de las mesas. Un alto porcentaje de los presentes eran veteranos. “Mucha gente vino, hay mucha cárcel acá adentro”, dijo Marenales cuando se ubicó en su silla, antes de empezar la presentación. También participaron el autor del libro, Sergio Márquez Zacchino, y el director de la Biblioteca Nacional, Carlos Liscano, quien lo presentó como "el último dirigente tupamaro que sigue militando".
“Después de este nivel de asistencia, Julio va a tener que reconsiderar su candidatura al senado”, bromeó el dueño de la editorial Argumento, responsable de la publicación del libro.
El tupamaro contó que el libro estuvo “congelado un tiempo” porque él quería esperar a que pasara el proceso electoral. “Por dichos míos podían perderse dos votos y medio. Ahora pasaron las elecciones y podría decir muchas cosas más, pero por ahora no las voy a decir”, señaló.
Marenales dijo que sigue pensando que hay que cambiar la sociedad. “Yo no soy un progresista, yo lucho por los cambios sociales y en el fondo soy un socialista. Y sigo siendo revolucionario. Esto dicho en época electoral hubiera sido horroroso, pero acá lo digo”, expresó.
La tapa del libro fue hecha con una foto de Marenales del archivo policial de 1968. En el libro da su versión de hechos que se sucedieron en el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros y destaca que su creación respondió a tomar el poder, sin otra razón.
En la conferencia, Marenales expresó que el gobierno del Frente Amplio es progresista y no es de izquierda. “Izquierda es pensamiento y acción en función de un cambio en la sociedad, lo demás es progresista, ergo: me van a pegar. Acá los que luchan por el cambio social son pocos, la inmensa mayoría está por mejorar el sistema. Estamos haciendo un batllismo de un tono menor, porque el viejo Batlle hizo más que nosotros”, señaló.
Marenales puso freno porque dijo que estaba diciendo cosas “picantes”. “Podría decir más, pero estoy taponado. De a poco, voy a continuar diciendo cosas”, sostuvo. “¡Cuidado! Que por la falta de pensamiento estratégico de algunos compañeros terminemos como otros países, donde el sistema se los fagocita. El FA no tiene un proyecto de país, me gustaría que se planteara el socialismo, algo que no se ha hecho hasta ahora”, expresó.
El tupamaro aclaró que sus palabras no eran en contra de lo que estaba haciendo el gobierno. “Pero evidentemente estoy insatisfecho; y la dejo por ahí”, agregó.
El “purómetro”, Venezuela y cuba
Marenales también se refirió a los arribismos de la política. “La llamada izquierda que está en el gobierno y tiene parcelas de poder, creció demasiado y no nos dio tiempo a asimilarlo. Va a haber bastante gente que va a querer hacer carrera dentro de la fuerza política y a eso hay que neutralizarlo”, sostuvo.
Sin embargo, aclaró que hay que trabajar con “todos tal cual son”. “Por supuesto hay límites, pero si ponemos el “purómetro”, capaz que ni yo paso ¿Y con quién hacemos el proceso? ¿Vamos a preparar gente en el laboratorio de perfección absoluta y después con ellos vamos a hacer la lucha? Les digo más, si me clonaran –y yo me quiero mucho eh– a los treinta minutos andaría a las trompadas con los clones”, sostuvo.
Por otra parte, se refirió también a Venezuela y Cuba, a los que definió como “experimentos que están haciendo lo que pueden”. “Yo sostengo que no es posible el socialismo en un solo país y no fue posible en un continente como lo era la ex Unión Soviética y los países de Europa Oriental”, afirmó. Además dijo que si Colombia entra en guerra con Venezuela, "se la come al pan, porque el armamento que tiene Colombia es impresionante".
Marenales cerró diciendo que era un carpintero jubilado y nada más. “A pesar del libro, voy a hacer todos los esfuerzos por no ser un personaje”, señaló.