Actualmente no hay literatura científica que dé cuenta de la acción de la pasta base sobre el sistema nervioso central y que explique sus efectos a nivel neurobiológico. Esto despertó el interés de un equipo del Instituto Clemente Estable, encabezado por Cecilia Scorza que decidió realizar un proyecto que empezó en el año 2007 y que sigue en curso.
Las primeras conclusiones fueron presentadas el miércoles en el Edificio Libertad en un taller organizado por la Junta Nacional de Drogas y abierto por el secretario general de esa repartición de Presidencia, Milton Romani, quien dijo en su discurso que ninguno sabe “qué carajo es la pasta base”.
Scorza dijo a 180 que la pasta base es “un paso previo al procesamiento químico para la obtención del clorhidrato de cocaína. Agregó que “la gente que sabe llegar al clorhidrato, saca antes la pasta base para venderla y por eso es más barata, porque implica menos pasos químicos para desarrollarla”.
La pasta base es una droga que irrumpió en Uruguay en 2002 y que coincide con la crisis económica. Sin embargo en otros países de América Latina está instalada desde hace más tiempo.
El proyecto fue presentado a la Junta Nacional de Drogas y por más que resultó interesante, no había fondos para financiarlo. Sin embargo se consiguió el apoyó del Programa de Desarrollo Tecnológico (PDT) y en febrero de 2007 se comenzó a trabajar. De arranque surgieron las primeras trabas porque no había un mecanismo legal que permitiera trabajar con las muestras de pasta base incautadas. Scorza consiguió la primera muestra de la droga el 24 de diciembre, 10 meses después de aprobado el estudio, a través de un mecanismo generado por la Junta Nacional de Drogas para que el Instituto Técnico Forense proporcionara las muestras para la investigación.
Una de las sentencias aceptadas es que la pasta base es fuertemente adictiva, Scorza explicó que: “la pasta base se fuma y el clorhidrato de cocaína como está en su forma ácida no se puede fumar. Al fumarse, la pasta base accede a través de los pulmones al torrente sanguíneo mucho más rápido que la vía nasal y por lo tanto accede al cerebro más rápido. La vía de administración es la que la hace potencialmente más adictiva pero no sabemos si las otras sutancias que tiene la pasta base la hacen más adictiva”, dijo.
El informe busca saber cómo actúa la pasta base en el sistema nervioso central y qué diferencia tiene con el clorhidrato de cocaína. La científica explicó que hay una diferencia importante en los efectos clínicos del consumo crónico entre la pasta base y el clorhidrato de cocaína pero que todavía no se sabe si hay diferencias a nivel neurobiológico.
“Desde el punto de vista científico y neurobiológico no se sabe si es más adictiva. Lo podemos inferir pero no saber”, manifestó Scorza quien agregó que “creemos que además de la cocaína, los otros componentes que están en la pasta base hacen a la diferencia con el clorhidrato de cocaína. Esa es nuestra hipótesis pero lo tenemos que comprobar”.
La pasta base tiene un elevado porcentaje de cocaína. Entre un 60 y un 70 por ciento. El resto de las sustancias hay que cuantificarlas pero es difícil porque son pequeñas cantidades, respecto de la cocaína y porque esos estándares son complicados de conseguir. “Necesitamos sustancias puras para pasar por un aparato y ver cuánto tiene de ese elemento la pasta base”, dijo Scorza.
Actualmente se está realizando un segundo paso en la investigación que busca determinar el efecto estimulante de la pasta base. La responsable del proyecto contó que “las conclusiones son muy interesantes porque la pasta base tiene efectos estimulantes en un modelo conductual”. El equipo de científicos experimenta con animales pero no trabaja con humanos. De acuerdo a la conducta de esos animales estudia las drogas psicoactivas. A un grupo le inyecta pasta base, a otro clorhidrato de cocaína y otro grupo sirve de control. “Vamos comparando esos tres grupos sobre el efecto estimulante. Los medimos con la actividad locomotora de los animales, a más actividad locomotora mayor efecto estimulante”, dijo Scorza.
En el abordaje neuroquímico los resultados en esos animales son que la pasta base aumenta los niveles de la dopamina, un neurotransmisor fabricado por el organismo, al igual que el clorhidrato de cocaína. Sin embargo eso no significa que pase lo mismo en los seres humanos. Scorza aclaró que “yo solo estoy estudiando el efecto droga” y agregó que “se tiende a trasladar rápidamente los resultados experimentales de la ciencia a lo que pasa en los humanos pero hay que ser cuidadosos. Estudio la droga y luego veo cómo traslado ese estudio a los humanos, pero por ahora estamos en un paso intermedio”.
Hasta el momento se infiere que la pasta base tiene un efecto neurotóxico, lo que significa la muerte de neuronas, por el efecto que produce en quienes la consumen y porque además tiene solventes que se sabe que son neurotóxicos. Pero esto no es una certeza. Scorza dijo que los estudios están demostrando que la pasta base tiene la propiedad de ser neurotóxica a diferencia del clorhidrato: "es una diferencia muy importante que estamos obteniendo en neuronas cultivadas in vitro, no en el cerebro del animal. No es lo mismo in vitro que in vivo. Pero tenemos que pasar por el in vitro para llegar al in vivo". En esa etapa la pasta base es neurotóxica y el clorhidrato no. El siguiente paso intentará comprobarlo in vivo desde el punto de vista neurobiológico. "Ahí sí puedo confirmar que en los consumidores no solo hay una mayor adicción por la vía de la administración sino que es neurotóxica. Ahí aceptaré que me digan que es neurotóxico porque lo voy a comprobar en el contexto neurobiológico no desde el punto de vista clínico”, concluyó Scorza.