Robin Hood

Russell Crowe –aquel gordo que volteó a todo el Imperio Romano él solito en Gladiador- y Ridley Scott –director de esa recordada estafa magistral-, se unen de nuevo para robarle la plata a la gente y dársela a los pobres. Ridley se la entregará a su staff de mucamas, choferes y jardineros (que también limpian la piscina), y Russell es más de gastársela en putas.

Actualizado: 01 de junio de 2010 —  Por: Darwin y sus chinos

Robin Hood

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Hartos de este mundo injusto en el que los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más aptos para la informática y te piratean las películas como arroz, básicamente porque su esencia es estar al margen del sistema, salen a desafiar a la corona. Un hombre munido de un arco, unas flechas y unas calzas verdes (sí, está cada vez más trolo el gordo) decide hacer justicia distributiva por mano propia: quitarle la plata a los ricos y repartirla entre los pobres. Robin Hood sería así la primera ONG en la historia, con una diferencia significativa: que la plata –según cuenta la leyenda- le llegaba a los pobres, y todos sabemos que eso no sucede con las ONG.

A todo esto hay una minita en el medio, como siempre. En un momento Robin Hood se deja de mariconeadas, agarra una espada y se entra a dar contra todo lo que se mueva en el bosque de Sherwood, lugar donde se esconde, aunque por lo visto no lo hace muy bien.

Al tema actual y polémico, se suma la gran intriga, la interrogante que mantiene al espectador sentado al borde de la butaca durante toda la película: ¿habrán hecho la escena pelotuda de la flecha y la manzana estos dos cretinos, o su mal gusto no llega a tanto? Pregunta que inmediatamente lleva a la siguiente duda existencial: ¿o era Guillermo Tell el de la flecha y la manzana en la cabeza del botija? Y a la subsiguiente sospecha fundada: ¿Los dos hacían el mismo truquito para levantar minas?

Datos: ya debe estar en Tristán Narvaja. Más de 30 pesos es un robo. No afloje, aunque esté imbuido por el espíritu de Robin Hood y sienta que esa plata se la está dando a los pobres que trabajan en la feria, no hay derecho a que lo agarren de gil.

Género: película que te anuncian durante dos semanas seguidas en Festival de Cine, a toda hora, y te cascan las pelotas con Humberto afirmándose en la locución cuando dice “rrrruuuussseeeelll cggrrrroooaaaaaauuuuu”. Ya provoca odio por el aviso nomás, con lo cual uno va ganando tiempo, adelanta trabajo.

Comentario: tiene una gran ventaja: no puede ser peor que la de Kevin Costner. Para empezar porque no está Kevin Costner, y para seguir porque no tiene una canción de Brian Adams en la banda sonora. Brian Adams es un ser inmundo que sigue usando vaquero y campera de jean a los 70 años, como si estuviera en segundo de liceo.