Tal como adelantó No toquen nada en octubre, la empresa dio quiebra y dejará una deuda de 22 millones de dólares con un patrimonio que sólo llegaría a unos 450.000 dólares. El mayor acreedor es el Fondo de Desarrollo (el Fondes) que no cobrará un peso.
El Estado puso, en total, alrededor de de 25 millones de dólares en el proyecto. Los 15 del Fondes y unos de 10 millones de dólares por el seguro de paro que tuvo varias extensiones desde 2012 a 2015.
En octubre de 2016, Sabrina Acevedo (presidenta) y Nicolás De los Santos (vicepresidente y gerente general) le comunicaron a los 170 empleados que tenía Alas Uruguay que dejaban de volar. La idea era conseguir financiación para que la empresa pudiera seguir volando o encontrar un inversor. Pero eso no pasó.
El concurso se decretó ocho meses después (el 12 de mayo), luego se le comunicó a los acreedores y se presentó el inventario.
Entre los acreedores de esa deuda de 22 millones hay empleados, prestadores de servicios y el principal perjudicado que es el Fondes, al que Alas Uruguay le debe 16 millones de dólares, 15 de la entrega más intereses.