por Leila MACOR, de AFP
La película muestra a un equipo de publicistas que diseñan la campaña de un candidato sin más proyecto que el de ganar. Tienen que definir si será de izquierda o de derecha, si protegerá o no al medio ambiente y, sobre todo, con qué pájaro y qué árbol se va a identificar -ridículamente.
Estrenada internacionalmente el jueves por la noche en el Festival de Cine de Miami, "El candidato" no puede menos que provocar algunas asociaciones.
Pero la relación que el espectador encuentra con el presidente estadounidense Donald Trump, así como con algunos líderes latinoamericanos, "es totalmente involuntaria", dice Hendler a la AFP en un hotel en Miami Beach, donde luce cómodo y al mismo tiempo ajeno al ambiente de la farándula.
El artista comenzó a escribir el guión hace seis años, "cuando ni siquiera podíamos sospechar que en Latinoamérica iban a llegar al poder unos personajes impresentables que venían con un publicista detrás que los hacían hablar como títeres", comenta.
"El guión partió de un momento de preocupación que tenía que ver con asistir a la naturalización de la mentira en la vida política como algo aceptado, como una herramienta publicitaria", cuenta. "Y las personas tienen una necesidad extraña de creer en esos discursos".
Por eso al propio Hendler, de 41 años, le sorprende que su cinta de bajo presupuesto (unos 500.000 dólares) haya resultado premonitoria.
"Hoy una amenaza que parecía irónica se vuelve una realidad, y eso está pasando en todo el mundo. Si la película salía antes, habría sido de ciencia ficción, de fantasía, y si salía después habría sido una película que reflexionaba sobre ciertas cosas que nos acontecieron".
A jugar con el espectador
"El candidato" es el segundo largometraje dirigido por Hendler, quien es más conocido como actor de joyas del cine independiente del Río de la Plata como "25 Watts", "El abrazo partido" y "Derecho de familia".
Estas cintas tienen en común el enfoque en la historia mínima, el brochazo diminuto que pinta a un personaje con un gesto, con una especie de indolencia levemente humorística. Lejos del humor del tortazo en la cara, la sonrisa nace de un absurdo sutil que cabe en cualquier género.
Como actor y como director, Hendler utiliza este minimalismo estilístico para retratar a sus personajes e incorporar el humor. Pero ¿por qué el cine rioplatense tiene casi siempre esta cualidad?
"Puede tener que ver con un escepticismo de piel que tenemos, que también podemos ver en el tango", dice. "Ese escepticismo nos hace ver todo con desconfianza e ironía, como ver el doblez de las cosas. Como que no terminamos de creérnosla".
"Y cuando te metés en un género, o comenzás a jugar con géneros, siempre hay una parte de uno que no está creyendo en eso".
Por eso su cinta, así como muchas otras del cine argentino y uruguayo, son difíciles de clasificar.
"Los géneros en el cine son fórmulas que van evolucionando, pero que también se van repitiendo y depurando. Son fórmulas que entienden al espectador como un consumidor. Pero al menos yo al espectador no lo siento como un consumidor sino como un par con el que vamos a jugar. Yo voy a esconderme detrás de una película y a entregar algo y vamos a ver qué sucede".
Estrenada a fines del año pasado en Uruguay, "El candidato" debutó internacionalmente en Miami y parte ahora a recorrer festivales hasta que se incorpore a la oferta de Netflix en agosto.
El Festival de Cine de Miami, que termina el domingo, presenta 131 largometrajes, documentales y cortos de 40 países, incluyendo 22 estrenos mundiales e internacionales.