Berezan se refirió en No toquen nada a uno de los planteos presentes en el proyecto de ley que creará el nuevo Código del Proceso Penal, que refiere a que la Defensoría de las víctimas y la de los imputados deberían estar separadas.
Para la abogada “la asistencia de la víctima es un tema sumamente delicado, más aún en esta estructura procesal donde ésta es realmente visible” y tiene derecho a pedir pruebas y a participar del proceso, entre otras cosas.
Indicó que para poder ser parte, la víctima necesita asistencia letrada y que el código vigente dice que para el caso en que la víctima no tenga recursos se le proveerá un defensor público.
“Con ese concepto estamos totalmente de acuerdo porque, en definitiva, es el acceso a la Justicia. El problema es cómo nos organizamos. Es muy difícil con la estructura procesal que entra a regir que tú puedas saltar fácilmente del patrocinio de la víctima al del imputado. Eso va a dar un servicio de calidad media a media-baja. Por eso reclamamos que tiene que haber un diseño diferente”, añadió Berezan.
Además, dijo que “la defensa pública tiene todas las condiciones para patrocinar a la víctima cuando se especializa en ese rol”; los defensores tienen que acompañarlo, informarle de los avances, decirle dónde se investigó, etc. Señaló que se suele correr el riesgo de generar empatía con el defendido y “convertirte en un pésimo asistente social y peor abogado”.
“Uno no tiene que -desde el respeto a esa situación de víctima- perder de vista el deber que tiene, que es darle el conocimiento a pleno de sus derechos porque para lo otro, hay otros técnicos. Hoy somos todo: somos madres, hijos, asistentes sociales, psicólogos, un desastre. No lo hacemos muy mal pero no es el rol que hay que cumplir y para eso hay que cambiar el diseño”, agregó.
Por otra parte, Berezan mencionó que la Defensoría debería irse del Poder Judicial y “generar un espacio propio, similar al de la Fiscalía” para ahondar en políticas públicas de acceso a la Justicia a través de “un diseño aggiornado”.