El Sí al impeachment recogió 367 votos en la Cámara, 25 más de los 342 que representan los dos tercios necesarios para aprobar la moción de destitución. El No obtuvo 137. Hubo 7 abstenciones y dos diputados ausentes.
Uno de los votos más llamativos fue el de Jair Bolsonaro que no solo comenzó feliciando al cuestionado y denunciado presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, sino que saludó al torturador de la presidente Dilma Rousseff cuando estuvo detenida durante la dictadura brasileña.
Por su parte, el petista y militante LGBT Jean Wyllys acusó a los partidarios del impeachment de canallas y analfabetos políticos.
Otro voto esperado fue el del payado Tiririca, electo en San Pablo.
Cunha fue señalado insistentemente por los diputados al votar en contra del impeachment como el responsable de este proceso para ellos ilegítimo. Se lo acusó de ser el jefe de la corrupción en el país y de no tener la estatura moral para presidir la cámara y este proceso.
Al dar su voto afirmativo al juicio político, Cunha pidió que Dios tenga misericordia de Brasil.
Las referencias a la Iglesia Evangélica fueron constantes. Quizás la más sorprendente fue la del diputado Josué Bengtson que al fundamentar su voto mencionó a la "familia quadrangular y evangélica de todo el país". "Feliz es la nación cuyo dios es el Señor. Que Dios continúe bendiciendo al pueblo brasileño", afirmó.
Obviamente un punto culminante de la votación fue el voto 342 que completaba todas las voluntades necesarias para el juicio contra la presidenta que ahora debe seguir en la Cámara de Senadores. Lo dio Bruno Araujo, del PSDB, que se emocionó al hablar del futuro y al votar contra la corrupción. Él mismo está mencionado en la lista de políticos que cobró coimas de la constructura Oderbrech, en la operación denominada, Lava Jato.
