El Observatorio Estadounidense de Interferometría Láser (LIGO) divulgó este jueves la primera observación directa en la historia de ondas gravitacionales.
La existencia de estas ondas fue predicha por Albert Einstein en 1915 cuando formuló su Teoría General de la Relatividad.
Rodolfo Gambini, físico teórico uruguayo del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias, dijo a No toquen nada que el hallazgo se compara a cuando Galileo Galilei dirigió un telescopio por primera vez al espacio en 1610 y estudió los satélites de los planetas y las manchas solares, entre otras cosas.
“Hoy tenemos un instrumento totalmente nuevo que son estos interferómetros que permiten acceder a regiones del espacio que hasta ahora eran inaccesibles. La diferencia fundamental entre trabajar con ondas de luz y ondas gravitacionales es que para ver una fuente luminosa necesito que haya un medio transparente entre la fuente y nosotros, mientras que para ver estos objetos ocurre como con el sonido, uno puede sentirlo en una habitación contigua sin estar viendo nada de lo que pasa adentro”, comentó Gambini.
El científico resaltó la importancia de la observación del par de agujeros negros desde donde se emitieron las ondas gravitacionales que fueron observadas en setiembre del año pasado.
Agregó que “muchos físicos pensaron que nunca se iba a detectar porque estaba más allá de las capacidades experimentales”.
Que se lograra tiene un significado que “no es solo la confirmación de la relatividad general en regímenes que hasta ahora no se conocían”, porque los objetos que emiten estas ondas son “extraordinariamente especiales”.
“En este caso, son pares de agujeros negros que producen una distorsión enorme del espacio-tiempo, entonces estamos accediendo a lugares donde, realmente, la física está muy alejada de la que nosotros tenemos en la superficie terrestre”, agregó Gambini.
El físico teórico uruguayo también explicó en que consiste la tecnología de los interferómetros con los que se realizó la observación ubicados en Livingstone y otro en el estado de Washington en EEUU.
Dijo que cada uno de los observatorios en vez de tener un telescopio, tienen un detector que se llama interferómetro.
“Uno lo puede pensar como una gran “L”. Cada brazo de la “L” tiene cuatro kilómetros de longitud y en su interior viaja la luz de un láser. La idea es que uno puede medir la diferencia de longitud en cada brazo, en cada instante. Es decir, yo tengo que debido al pasaje de la onda gravitacional un brazo se acorta levemente y el otro se alarga levemente. Midiendo esa diferencia de longitudes puedo detectar la onda gravitacional”, comentó Gambini.