1· Los contra fútbol
La típica: “Nooo, a mí no me gusta el fútbol; no soy de ningún cuadro. No le encuentro ninguna gracia a ver correr a 22 tipos atrás de una pelota”.
¿Qué te pasa indeciso que no tenés cuadro? ¿También estás horas eligiendo qué bizcocho comer en una bolsa de surtidos?
Estos son unos verdaderos apátridas que se suben al pedestal de la soberbia a despreciar a todos aquellos que gustan de mirar un partido y hacer alarde de que nunca saben cuándo se juega un clásico.
Eso sí: apenas Uruguay te mete un cuarto puesto se sube al caballo del festejo. Andá a mirar Masterchef, haceme el favor.
2· Los contra política
La típica: “Noooo, yo no soy ni derecha ni de izquierda. No me interesa la política. Son una manga de ladrones del primero al último”.
Los hay de todos los formatos: desde el ignorante que por no saber un corno de lo que sucede se refugia en el “son todos iguales” hasta el anarko-punk pseudoinformado que todo el tiempo quiere demostrar lo mucho que sabe de política en cualquier charla de pasillo.
Los peores de este estilo son los contra que militan: esos que dedican su empeño y energía por toda red social para quejarse de todo.
Son los típicos que llevan la discusión de cualquier foro a temas políticos, sin importar si la noticia era sobre cómo cocinar un huevo duro o la última selfie de las Kardashian.
3· Los contra tradiciones locales
La típica: “No, gracias, no tomo mate”.
Se hacen los ciudadanos del mundo y creen que están por encima de esta pequeña aldea a la que consideran atrasada y rústica.
Cual exploradores de National Geographic nos ven a “los uruguayos” como un especimen exótico y primitivo que deben superar; un pueblo cuyas tradiciones como tomar mate, jugar al truco, comer asado, bizcochear o chistarle al guarda son parte de rituales en desuso y que seres evolucionados como ellos ya no necesitan continuar porque se sienten más allá.
Andá a hacer muffins y tomar licuado en frasco de vidrio.
4· Los contra tradiciones extranjeras
La típica: “No pienso dejar que mi hijo se divierta en Halloween con otros compañeritos de clase y sea feliz ese día”.
En la vereda opuesta a los anteriores, estos son tan pero tan tradicionalistas que niegan cualquier invasión o moda externa.
Se encargan de demostrarle al mundo lo enojados que los pone festejar Halloween y lo muy superiores que se creen frente a la gilada que se mama en San Patricio.
Seguramente son los mismos que a principios del siglo XX decían que Papa Noel y hacerse regalos en navidad era un invento yanqui.
5· Los contra tecnología
La típica: “No tengo Facebook ni Whatsapp ¿para qué? Si preciso algo llamo por teléfono fijo o busco en las Páginas Amarillas”.
No les gustan ni las computadoras ni las redes sociales ni los teléfonos celulares ni nada que implique ceros y unos.
No tienen Facebook porque “te espía la CIA”, la Wikipedia es todo mentira y seguro siguen alquilando películas en un videoclub.
Una suerte que nunca van a leer esto.
6· Los contra juventud
La típica: “Porque en mi época todo era mejor. Había respeto. Ante todo buenas tardes”.
Les basta cualquier excusa para quejarse sobre lo horrible que es la actualidad y atacar a los jóvenes, a quienes responsabiliza de casi todos los males de la sociedad.
Que el matrimonio igualitario, que la legalización del porro, que el aborto, la homosesualidá, todo culpa de estos jóvenes faloperos.
7· Los contra por naturaleza
La típica: “No me parece que esté bueno. Ojo, a mí, eh”.
Que el día es horrible, que es lunes, que hay paro, que no hay paro, que hace calor, que hace frío, que hace tiempo que no llueve, que mirá qué tragedia las inundaciones, que con el tráfico como está es imposible andar, que con esta inseguridad no se puede salir a la calle… Toda excusa le viene bien para amargarse el día y hacer la vida de los demás un pelito más angustiante que antes de cruzarnos con semejante mufa.
8· Los contra de los contra
La típica: “Ay, qué poca onda cheeee, hay que ser más optimista, siempre lo mismo ustedes”.
Intentan demostrar que no son contras con tanto empeño que terminan siendo unos quejicas de lo más irritantes.
Su afán por mostrar su incansable actitud por la positiva los lleva a quejarse de lo quejosos que somos los uruguayos. Una tautología del contra.
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Igual ya sabemos que van a estar en contra de todo esto.
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La foto de portada es de Gonzalo G. Useta