"Queremos vivir con (nuestra) identidad y con (nuestros) valores", explicó entre lágrimas y a través de un traductor uno de los jefes de familia que se identificó como Maraa el-Chibli.
El grupo de cinco familias con más de treinta niños se concentró esta mañana frente a la sede del Poder Ejecutivo, donde funciona la Secretaría de Derechos Humanos que coordina el programa de acogida a las familias refugiadas de la guerra en Siria.
"No estamos acá para que prueben con nosotros" si este programa funciona, dijo el hombre de 55 años y padre de quince hijos.
Las familias, con hijos pequeños, se instalaron con sus equipajes y señalaron que permanecerán en el lugar hasta que puedan salir de Uruguay.
"Gente buena, pero muy caro", dijo sobre Uruguay otro de los jefes de familia que se identificó como Ibrahim Mohamed, con una hija pequeña en brazos.
Los refugiados -que desde su llegada reciben vivienda y un subsidio familiar- señalaron que el dinero que pueden obtener en el país no les alcanza para sostener a sus familias.
"No dejamos la guerra para morir aquí de pobreza", dijo a la AFP Maher el Dis, de 36 años. "Es un lugar que no está adaptado a los refugiados", resumió.
Una de las familias sirias intentó dejar Uruguay recientemente, pero resultó retenida durante más de dos semanas en un aeropuerto de Turquía por problemas de visados y fue enviada a su punto de partida.
El gobierno confirmó su decisión de recibir un nuevo contingente de refugiados antes de fin de año. El plan iniciado el año pasado implica recibir a un total de 117 personas, todas familias con niños.
El primer grupo, que hoy protesta frente a Presidencia, arribó al país en octubre de 2014; y el segundo contingente -que estará compuesto por 72 personas de siete familias- llegará en el último trimestre del año, pero no hay fecha exacta definida.
(AFP)
