"Todos los días me preguntaba si iba a poder volver"

Leandro García Morales estuvo seis meses fuera de las canchas por su rotura de ligamentos. En diálogo con 180 contó qué sintió al volver y los miedos que tuvo durante la recuperación. “Todos los días era un desafío nuevo. Todos los días se me pasaba por la cabeza en algún momento del día si iba a poder volver a jugar”, dijo.

Actualizado: 20 de febrero de 2015 —  Por: Diego Muñoz

"Todos los días me preguntaba si iba a poder volver"

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El Palacio lleno para verlo a él luego de seis meses. Banderas de Aguada con su cara, con su número, con su nombre. Leandro García Morales volvió el 11 de febrero ante Olimpia, después de que a fines de julio de 2014 se rompiera los ligamentos cruzados durante el último partido que jugaba en Puerto Rico.

“Me sentí mejor de lo que esperaba sentirme en cuanto al juego. En cuanto a lo emocional, después de todo lo que pasó, lo que me llevó, los primeros minutos fueron bravos. En el primer cuarto me costó”, dijo a García Morales a 180. “La idea era no hacerlo ahora, en una serie que es más dura”, agregó.

Todavía seguís en recuperación.

Hace un mes que estoy participando de la parte de cancha con el equipo pero después tengo que ajustar muchas cosas porque el equipo está en competencia y yo venía de seis meses sin hacer nada. Tengo muchas instancias en las que entrenó solo con el profe para ponerme a punto.

¿En qué se basa esa especificación?

Por más que me haya metido en cancha hay muchas cosas por mejorar. La parte física y la parte específica de la pierna. No solo de la rodilla sino de todo el trabajo de la pierna, de la funcionalidad. De todo un poco. Mucha parte de la recuperación y de la parte de fisioterapia.

Trato de imaginar todo lo que debe haber significado para vos tu vuelta. La parte emocional, el sentirte un jugador de nuevo.

Sí. La parte emocional no se fue con los minutos que tuve ante Olimpia, pero al menos sí la incertidumbre de si podía jugar o no, si puedo correr normal o no, si puedo ir y venir con los otros nueve que están jugando. Me dio para eso y para estar tranquilo de que no estoy al cien por ciento pero que estoy en camino y que en estas condiciones puedo jugar y competir.

En agosto, cuando recién te habían operado, le dijiste a 180 que si leías una noticia de que un jugador de 34 años se rompía los ligamentos cruzados dudabas respecto de si podría volver a jugar. ¿Pensaste realmente que tal vez no podías entrar nunca más a una cancha?

La verdad que sí. Todo el tiempo se me pasaba en algún momento del día un pensamiento sobre eso. Porque todos los días era un desafío nuevo. Era un dolor nuevo, un trabajo nuevo, aprender algo de vuelta y tener que volver a enseñarle de nuevo al cuerpo a caminar, a correr, a moverse para los costados. Y van apareciendo dolores no solo de la rodilla sino del cuerpo que está tanto tiempo sin moverse. Ahora parece fácil y rápido pero fue complicado.

¿Cuándo se te fue ese temor?

Cuando me empecé a meter en las prácticas. Hará un mes y medio, cuando empecé a trabajar con los chicos que no juegan tanto. Empecé a entrenar en el uno contra uno, dos contra dos, hasta el cinco contra cinco. Pero después se prenden las luces, están los jueces, la cancha, la camiseta y los dos cuadros. Eso te hace levantar un escalón más en lo que todavía sigue siendo parte de la recuperación, pero como estoy tan corto de tiempo parte de la recuperación sigue mientras juego.

¿Qué fue lo más duro?

Controlar la ansiedad. Estaba acostumbrado a jugar nueve o 10 meses al año y tuve que trabajar mucho tiempo muy solo. Una recuperación individual, sobre todo en un deporte que es colectivo, se hace complicada. Por más que en el básquet podés hacer muchas cosas solo estar mucho tiempo así y tener todas las cosas en la cabeza se ha hecho muy difícil. Pero me quedo muy contento con el grupo de trabajo con el que hice la recuperación, me ha ayudado muchísimo y estoy seguro que es la diferencia entre hacer una gran recuperación y una no tan buena.

¿Con cuánta gente trabajaste?

A la gente del club, que estuvo presente, hay mucha gente que trabajó individualmente conmigo. Laburé con el profe Alejandro Souto. Con la gente de la Clínica del Deportista, el canario González que hizo un trabajo más específico en la pierna. Además tuve masajista, yoga, varios médicos, la nutricionista que tuvo que tener un trato bastante especial conmigo estos meses y eso me ayudó un montón.

¿Y la cabeza cómo se llevaba?

Con mi psicóloga de siempre con quien estuve trabajando cosas específicas de la lesión y también de otros temas a nivel personal, que cuando tenés un momento para parar la locura de los viajes y podés frenar está bueno centrarte.

Ahora se viene Hebraica. ¿Cómo ves la serie?

Está dificilísima. Nosotros no logramos armar un equipo a tiempo y esto lo estamos sufriendo y lo vamos a sufrir hasta que termine el año. Sin tener que hablar mucho de Hebraica, que sabemos lo que es, me preocupa muchísimo nuestro nivel y lo que somos nosotros. No somos un equipo con identidad, como le pasa a Hebraica que está preparando la serie con nosotros. Nosotros además de preparar la serie con ellos estamos intentando insertar un extranjero, buscar nuestra identidad. Es bastante preocupante.

¿Cómo lo viste a Cook, el nuevo extranjero del equipo?

No consideramos que ni mi llegada ni la de él sean salvadoras. Si no logramos sacarlo colectivamente no vamos a conseguir el campeonato. Hace mucho que no juega y tiene características que nos vienen bien, nos puede abrir la cancha y lo necesitamos. Pero hay que verlo jugar, hace mucho que no lo hace, y se acostumbró a estar en equipos en los que era el jugador 10 o el 11, que jugaba poco y con poca presión. Acá va a ser todo lo contrario y no creo que levante la llave del interruptor y cambie de un día para el otro. Pero si se pone bien físicamente, nos puede ayudar.

¿Y vos cómo llegás?

Físicamente muy bien pero falto de ritmo. Un poco la idea es agarrarlo a medida que pasa la serie. Por eso son clave los dos primeros partidos de la serie porque después hay un parate para seguir mejorando. Por eso digo que el primer partido, si no es el más importante anda por ahí.