Dos personas se sientan en una mesa a hablar de básquetbol, específicamente de la NBA. Uno de ellos es el mejor jugador de básquetbol de la historia del Uruguay y el otro un fanático de la competencia desde que tenía siete años. Uno fue goleador olímpico en unos Juegos Olímpicos en los que compitió un tal Michael Jordan y el otro promedió nueve puntos y tres rebotes en formativas de Miramar.
Tato López y Carlos Tanco comparten un podcast audiovisual de 30 minutos semanales, que se estrenará en Vera+ los martes y quedará luego a disposición en streaming. “El objetivo único es transmitir el entusiasmo que nos genera la competencia y hacer algo entretenido que ayude a difundir la NBA y por ende el basquetbol en general”, contó Tanco a 180.
Una mesa, dos micrófonos; filmados a tres cámaras y posproducido para consumo audiovisual, con una escenografía que tiene un aire casero, de garaje; López y Tanco vestidos de remeras, hablan de un tema que los apasiona. Tan simple y atractivo. De eso trata Vera Basket.
Tanco dijo que la idea le empezó a rondar en la cabeza como pretexto para poder consumir NBA sin cuestionamientos en su casa. “Dedico una gran cantidad de tiempo de mi vida al consumo de esa liga. Al punto que se tornó casi injustificable dentro de mi hogar: no sólo miraba partidos, también miraba estadísticas durante buen rato; mi esposa -que es una trabajadora de bien- pasaba por atrás de mi escritorio y veía la pantalla de la computadora repleta de estadísticas y nombres de jugadores de basquetbol, y carraspeaba o hacía comentarios hirientes sobre la utilización de mi tiempo y la ausencia de productividad. Llegó un momento en el que yo trataba de minimizar bien rápido como si fueran páginas porno. Ya no se podía sostener mi vida de esa forma. Cuando vi la promo de Antel con el NBA League Pass até cabos de la manera más lineal posible y llamé a mi amigo Miguel Dobrich (productor general), inmediatamente llamamos al Tato -con quien nos juntamos bastante seguido a ver NBA- y al Tato le gustó. Ahora le puedo decir a mi esposa que lo hago por trabajo”, contó.
Con la propuesta armada se reunieron con Antel para realizarla. Cada podcast tiene una o dos consignas. Puede ser enumerativas y atemporales, como analizar la Liga de los Mutantes (en la que hablan de jugadores cuyas capacidades atléticas superan la de un deportista humano), pero también más coyunturales y específicos.
El primer episodio es sobre los 13 equipos que hoy en día se autoperciben como candidatos al título de la NBA. “Una paridad insólita e histórica. Estamos en un año en el que ningún equipo es claramente favorito, y la nómina más generosa de candidatos llega a 13, ahí decidimos tachar cinco”, dijo Tanco.
López y Tanco conversan durante media hora sobre temas vinculados a la NBA. Cada cual mantiene su perfil sin falsas posturas ni búsqueda de protagonismo excesivo. Se complementan y potencian. Los dos saben mucho y eso genera interés en el espectador, que siente que el que habla entiende el juego.
“Tato es la autoridad, el que entiende el deporte profesional como sólo un deportista profesional lo puede entender; yo hablo desde mi condición de consumidor extralimitado, intenso, y a veces puede parecer que no le respeto su autoridad, pero al final del día él y yo sabemos que no estamos al mismo nivel”, contó Tanco.
Si bien Tanco cree que su opinión “no está legitimada”, no se la guarda en ningún momento. “Se la tiro porque me parece divertido... y porque no me aguanto. El Tato además no se enoja ni me tira su pedigree. Si bien mi admiración por él es casi infantil, trato de reprimir ese costado que me haría patético, y el tiempo que hemos compartido viendo basquetbol ayuda a perder la actitud reverencial”, señaló.
La admiración que Tanco expresa por la NBA y por López comenzó de muy chico. Fue a los siete u ocho años cuando veía el partido semanal que pasaba canal 10. “Usaban la música de Vangelis para ir a los tiempos y el tipo decía “un minuto para el 10” (después la usaron en el basquetbol uruguayo también)”, recordó. Uno de sus obsequios preferidos eran las cartas-tarjetas de jugadores de la NBA que le traían desde el exterior y que en el podcast sirve como adorno en un par de portarretratos. “A los 14 o 15 dejé, y volví pasados los 20 con toda la fiebre”, dijo.