Mujica se refirió al caso publicado por el diario El Observador, que indicó que a uno de los hermanos maristas que recibió a las familias sirias que llegaron a Uruguay, “le tocó ver cómo uno de los adultos sirios empezaba a pegarle a su mujer con la tranquilidad de quien lo hace regularmente”.
Al respecto, el mandatario aclaró que en el gobierno no tienen “denuncias concretas ni nada por el estilo”, pero les preocupa porque han averiguado cierta información de “formas culturales que tienen en otras partes del mundo, entre ellos, en Siria, en la relación entre el hombre y la mujer”.
Añadió que “una cosa es tener amplitud religiosa” pero hay “ciertas cuestiones que no estamos dispuestos a negociarlas”, y sentenció: “en Uruguay no estamos dispuestos a quedarnos con los brazos cruzados si los hombres le pegan a las mujeres”.
Consultado acerca de la posible llegada de nuevas familias de refugiados sirios al país, comentó que “no diría que no vengan nuevas familias”, pero que hay que tener seguridad con las que lleguen. “Mi sueño es que vengan gurises y madres”, agregó.
Por su parte, el prosecretario de Presidencia, Diego Cánepa, dijo en conferencia de prensa que “hay un equipo muy fuerte trabajando” en la inserción de las familias a la vida en Uruguay.
A su vez, dijo que cuando hubo presunción de violencia doméstica entre los sirios “por las características personales de algún jefe de hogar, se procedió a alertar a la policía comunitaria y a las ONG especializadas que están ubicadas en los radios inmediatos donde residen las familias”.
Cánepa ratificó que en caso de que exista una denuncia por violencia doméstica, los refugiados sirios se someterán al mismo proceso que cualquier ciudadano uruguayo. “Si se hace la investigación correspondiente y hay prueba de la denuncia, se aplica la ley penal correspondiente. No hay ninguna duda sobre eso”, exclamó.
Maristas desmienten
Un comunicado de la congregación de Hermanos Maristas, que alojó a las familias sirias cuando llegaron a Uruguay, afirmó este miércoles que "no es verdad (...) que integrante alguno de la Congregación haya presenciado actos de violencia doméstica entre las familias sirias".
El texto agrega que la congregación tiene un compromiso en la lucha contra el abuso, la discriminación y la violencia. En ese marco se ofreció alojamiento a esas familias, agrega.
El comunicado termina afirmando que si bien debe promocionarse el "diálogo entre los diferentes", "el respeto a las diferencias culturales debe reconocer el límite infranqueable e irrestricto a la dignidad de las personas y el rechazo a toda forma de abuso".