A las siete de la tarde solo estaban Javier García, Gustavo Borsari y Jorge Saravia en el hotel NH. De a poco fueron llegando los demás. Verónica Alonso lo hizo junto al pastor y diputado electo Álvaro Dastugue. Luego llegó Álvaro Delgado y uno de los últimos fue el candidato a vicepresidente, Jorge Larrañaga.
Afuera del NH no había nadie. En el hall del hotel solo estaban los periodistas y los asesores de la fórmula. Las cámaras no tenían nada que mostrar y quizás por eso esperaron durante 40 minutos la llegada de Lacalle Pou enfocando la puerta, con los periodistas al lado.
Lacalle Pou llegó sobre las 20:30 con su esposa e hijos. La entrada fue con algunos aplausos de los asesores y legisladores. Dio una nota antes de subir al primer piso donde esperó los resultados, mientras sus hijos jugaban al solitario en las computadoras del hall y su esposa tomaba mate.
Hasta ese momento no había datos y su comando de campaña no tenía sondeos previos porque, según dijeron a No toquen nada, no los consideraron necesarios. El Partido Nacional sabía que la derrota era inevitable. Por eso coordinaron con los equipos de Tabaré Vázquez que Lacalle Pou saldría primero a dar su discurso y así evitar que les pase lo mismo que en la primera vuelta.
Los números marcaron que la votación del Partido Nacional estuvo por debajo del porcentaje obtenido en el balotaje pasado, en el que compitieron José Mujica y el ex presidente Luis Alberto Lacalle, que estuvo presente para saludar a su hijo.
Lacalle Herrera entró sobre las nueve de la noche y apenas se conocieron los resultados se fue. "Los tiempos son distintos, ¿cómo vamos a estar comparando lo que pasó hace cinco años? No es lo mismo el 89, el 94 y el 99. Usted puede opinar distinto, por suerte, todavía podemos opinar diferente", dijo a No toquen nada.
Para Luis Alberto Heber, presidente del directorio del Partido Nacional, sí es posible comparar las elecciones. Dijo que si se toma en cuenta la primera vuelta, el Partido Nacional creció un 2% y que en este balotaje perdieron votos, entre otras razones, porque Tabaré Vázquez tiene mayor posibilidad de llegar al voto batllista. "La personalidad de Mujica es distinta a la de Vázquez, que quizás es más cercana a la estructura de pensamiento batllista del Partido Colorado. Mujica es más cercano al Partido Nacional, con una forma más parecida e incluso militó en una época en el partido. De ahí se explican algunos resultados del balotaje pasado, diferentes a estos, porque el que define es el Partido Colorado", sostuvo.
Gustavo Penadés, que fue jefe de campaña del Partido Nacional en 2009, sostuvo que deberán adaptarse a "momentos y tiempos diferentes". "Hay que lidiar con muchas cosas que tienen que ver con nosotros, pero tienen que ver con los demás también. Tienen que ver con que el Frente Amplio es gobierno, que han agarrado un viento de cola que influyó, hubo mucho voto con el bolsillo. Creo que tenemos problemas de comunicación, hay un nueva realidad con respecto a cinco años atrás, la tecnología y la comunicación era otra, nos desafían a pensar cosas nuevas", señaló.
Pablo Abdala, diputado del Partido Nacional, dijo que perdieron contra un "enorme poder, con una influencia social muy grande". "Esto admite múltiples explicaciones, seguramente, hay razones que tienen que ver con la coyuntura, con las estrategias partidarias y creo que hasta de tipo cultural que el Partido Nacional tendrá que analizar. Nos enfrentamos a un enorme poder, es una realidad incontrastable. El Frente Amplio cumple una función de partido dominante en nuestra sociedad. Esto no quiere decir autoritario, quiere decir dominante. Por distintas circunstancias, muchas legítimas, el Frente ejerce una influencia social muy grande, porque concentra un poder muy grande", afirmó.
Pero también hay otras explicaciones que encuentran los integrantes del Partido Nacional para explicar la derrota. Graciela Bianchi, integrante de la lista 404, dijo que el Uruguay es un país "conservador". "Yo soy profesora de historia y a pesar de que voté al Frente Amplio hasta estas elecciones, siempre tuve más inclinación hacia el Partido Nacional y me recibí con una monografía sobre Aparicio Saravia. Ese pasado del partido está, el pasado reciente también, pero Luis inició un proceso de renovación. En el grupo todos tenemos cabida. El proceso lleva tiempo y el pueblo uruguayo es muy conservador. No lo digo como una crítica, es una característica. Hay que dejar que la gente entienda este proceso", señaló.
En la noche de la primera vuelta, cuando faltaban unos minutos para las 10 de la noche, Lacalle Pou todavía no había dado su discurso. Esta vez, a la misma hora en el NH ya no quedaba nadie. Todos se fueron rápidamente después de escuchar al candidato.
El último en retirarse fue Heber, que a pesar de esto, dijo que "el clima fue de que nace algo y no termina algo". "Los resultados estaban muy anunciados, pero la gente estaba pensando en qué íbamos a hacer mañana. Esto no para, esto recién empieza. Es lo que percibí de todos los compañeros. No vi caras tristes, no vi llantos, no vi emociones. Vi a gente que se estaba arremangando. Era importante para nosotros que la diferencia no fuera de 20 o 15 puntos. Pero el clima no fue de derrota o velorio, era de 'che cuándo se cita la convención, qué vamos a hacer con las municipales'. Eso es un partido vivo, producto de un liderazgo renovado, joven", sostuvo.