El Apertura inolvidable

Nacional se consagró como campeón del Apertura tras vencer a Cerro por 1 a 0 con gol de Diego Arismendi. Un título conseguido a partir de la versatilidad y el compromiso que exhibió el equipo, de las muestras de talento individual de algunos de sus jugadores y de la seguridad que transmitió su técnico. Escuchá el gol en #futbolx180.

Actualizado: 17 de noviembre de 2014 —  Por: Diego Muñoz

No por presumible deja de ser sabroso. Muy sabroso. Hace siete días que los hinchas celebran sin parar. Desde que Álvaro Recoba hizo que el clásico pasara al libro de los recuerdos hasta ahora, que salen del Parque tocando las bocinas y mostrando sus distintivos tricolores.

Nacional aprendió a ganar. Tanto que a dos fechas del final del Apertura ya es el campeón. Un título rotundo, merecido, indiscutido. No ha habido equipo más cuerdo que Nacional en un campeonato demencial de sus habituales competidores.

Iban 29 minutos cuando Recoba metió un centro preciso, Alonso la bajó de espaldas al arco y Arismendi puso el 1 a 0.

Gol de Arismendi en #futbolx180

Ese gol le alcanzó a Nacional para ganarle a Cerro. Una buena demostración de lo que fue el Tricolor a lo largo del torneo. Lejos de brillar en el juego pero cerca de la perfección en los resultados.

Gutiérrez armó un equipo de presente pero también de futuro, diseñado con algunos jugadores experimentados y muchos pibes de la cantera, fiable para partidos de alta intensidad, vital y enérgico, con tensión competitiva. Nacional goleó a Defensor, a Danubio y a River y dio vuelta el clásico ante Peñarol con dos goles en los descuentos.

El técnico supo qué hacer en cada momento, mostró serena seguridad durante los partidos y carácter para conducir al grupo en Los Céspedes, explotó las mejores vetas de cada una de sus individualidades con la intención de fomentar lo colectivo por encima de todo.

Todos los jugadores tricolores son ahora mejores que ayer. Mostraron buen juego en algunos pasajes del torneo, lucieron concentrados y comprometidos siempre. Sin eso no se construyen los equipos campeones.

Gutiérrez y sus muchachos hicieron olvidar también protestas inútiles en la Asociación Uruguaya de Fútbol. Los jueces, las tribunas, los vestuarios y los bancos de suplentes quedaron en el olvido. Nacional se centró en la cancha, en sus verdaderos adversarios, y les ganó a casi todos.

Con el único que perdió fue con El Tanque y en ese momento Gutiérrez demostró que no estaba de paso. Cambió tres de cuatro defensores y creyó en una idea, en un dibujo táctico y en un equipo. Ese que hoy lo hizo campeón.

El 4-2-3-1 fue inmodificable, inalterable aún ante la tentación de mantener los 11 puntos de diferencia con los que llegó al clásico. La seguridad de Gustavo Munúa, la capacidad goleadora de Iván Alonso, la firmeza defensiva de Diego Polenta y Rafael García, la proyección de los laterales, la marca y el juego de la dupla Diego Arismendi-Gonzalo Porras, la velocidad y la técnica de Gastón Pereiro y Carlos De Pena. Y cuando eso no alcanzó, lo rescató un banco de lujo con el genial Álvaro Recoba.

Nacional se convirtió en un equipo polifacético, camaleónico, versátil, capaz de detectar de qué forma debía jugar según el rival, tan apto para el trazo corto como para el largo.

En la primera parte del partido ante Cerro, el equipo se volvió a mostrar seguro de sus capacidades defensivas y confiado en su paciencia. Sin perder la calma, igual que su entrenador, Nacional construyó las victorias. Como si supiera que tarde o temprano llegaría el gol por su capacidad individual o por una ráfaga de juego colectivo.

El Albiceleste jugó mal mientras que el Tricolor tuvo posesión de juego y se paró en campo rival. El gol de Arismendi fue parte de ese dominio.

La segunda parte fue diferente. Cerro se adelantó y Nacional se defendió bastante más. Dentro de ese panorama, los de Gutiérrez también se sienten cómodos. Saben que Munúa ataja, que la zaga despeja y que el medio contiene a los rivales. Saben también que en base a velocidad son capaces de lastimar a los adversarios que se ven obligados a tomar riesgos para revertir un resultado.

Alonso pudo aumentar con dos cabezazos de gol que atajó el arquero Fuentes.

Al final Gutiérrez tuvo un gesto que lo pinta como líder de un grupo. Colocó a Guillermo De Los Santos, no solo para reforzar la marca sino para darle una muestra de afecto.

Nacional conquistó el Apertura de principio a fin. Con fútbol a veces, con actitud siempre. Fue el mejor, lejos. Tanto como lo marca la tabla de posiciones.

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