Daniel Chasquetti explicó que la probabilidad de que el Frente Amplio alcanzara la mayoría "era baja" pero "había una probabilidad", a tal punto que la está consiguiendo por una diferencia de "unos pocos votos" (400).
Fue la elección con menor volatilidad de la historia ya que los resultados son "casi iguales" a los de 2009. El promedio de Uruguay del Índice de Pedersen, que mide la volatilidad, es de 11 puntos. La de 2014 es la elección con el índice más bajo -alrededor de cuatro puntos-.
"Lo que se movió, se movió en un sentido: de derecha a izquierda", afirmó Chasquetti. "Si ordenamos al Partido Colorado a la derecha, luego el Partido Nacional, el Partido Independiente, el Frente Amplio, Unidad Popular y el PERI", el movimiento se dio desde el primero hacia los últimos, es decir: "el PC perdió votos y los transfirió al PN, el PN perdió -sobre todo Alianza- y los transfirió al FA y al PI", y así sucesivamente.
"Es un corrimiento hacia la izquierda", dijo Chasquetti.
Sobre el balotaje, el politólogo dijo que no hay posibilidad de que se revierta la elección. "Al igual que la elección de octubre fue parecida a la del 2009, la de noviembre es parecida a la del 2009 también", señaló.
"Lacalle padre intentó construir argumentos hablando de las bondades del gobierno dividido, de no concentrar el poder. Lacalle Pou va a hacer lo mismo. Ese argumento es fácilmente rebatible: en realidad alcanza con abrir los números del Parlamento. Hay una gran falacia en toda la discusión de las mayorías: hay muchos indicadores que muestran que las mayorías ni son tan disciplinadas ni tan mano de yeso", expresó.
Para Piñeiro, "la mayoría complica mucho más la campaña de Lacalle Pou". "Si el bloque tradicional suma menos que el Frente Amplio en la primera vuelta, con voto obligatorio, no hay forma de que sin la mayoría de los votos en la primera vulta, ganes en la segunda vuelta, porque no hay cambios de preferencia. No los hay en cinco años, no los va a haber en un mes", explicó.
Los errores de las encuestas
Rafael Piñeiro explicó que si las encuestas marcaban que el Frente Amplio llegaría al 46% el miércoles anterior a la elección, "existía la posibilidad estadística" de que alcanzara el 48%, como ocurrió.
"Fallaron los análisis que se hacían a partir de datos de encuestas. Uno lo que tiene que explicar es el comportamiento electoral. Algunos factores macro como la inflación, el desempleo y el crecimiento en el año de la elección inciden sobre el comportamiento electoral y algunos factores micro -las percepciones respecto a la evolución de la economía, la popularidad de los candidatos y las evaluaciones de gestión de los partidos-. Si uno miraba todos esos datos le era difícil poder explicar por qué Tabaré Vázquez iba a votar peor que Mujica cinco años antes", señaló.
"El componente teórico que le faltó al análisis político fue tan importante como los posibles errores de estimación de las encuestas", opinó.
Sobre el fallo de las encuestadoras, Piñeiro explicó que puede haber dos explicaciones: que se estuvieron equivocando durante mucho tiempo o que hubo un vuelco la última semana. Para el analista lo primero es lo más probable ya que "el día de elección las encuestas, con la misma metodología, convergían con los datos que habían tenido el fin de semana anterior", es decir, el supuesto "vuelco" no se concretó.
Además, "era muy difícil creer que el Frente Amplio pudiera votar cinco puntos menos (que en 2009) porque eso era un cambio bastante fuerte de una elección a otra".
"Nos centramos demasiado en las empresas grandes. Miramos demasiado a Cifra y Equipos y le damos poca bola a Opción y Radar", opinó Chasquetti.
"Las empresas deberían trabajar con mucha humildad y reconocer el error, y empezar a establecer un programa de investigación sobre lo que está pasando. El problema que tenemos es que lo que vemos es el resultado, pero los microdatos no están disponibles. Si estuvieran disponibles podríamos tomar la encuesta de octubre de Equipos y Cifra, mirar cómo se ponderó y buscar dónde está el error", señaló.