Sin contar los votos nulos o en blanco, Rousseff obtendría un 52% de los apoyos, mientras que Neves (PSDB) se quedaría en un 48%, según la encuesta divulgada en la noche de este lunes por el instituto Datafolha.
Con el margen de error del sondeo de +/- 2 puntos, los dos candidatos siguen empatados técnicamente, como en las dos encuestas anteriores divulgadas por Datafolha.
En los sondeos publicados el 9 y el 15 de octubre quien aparecía a la cabeza, sin embargo, era Aécio Neves, aunque se mantenía el empate técnico.
En ambas encuestas, Neves obtenía un 51% de los apoyos (sin contar blancos y nulos) frente al 49% de Rousseff. La presidenta, por tanto, ha logrado un aumento en las intenciones de voto de tres puntos, los mismos que ha perdido Neves desde el último sondeo de Datafolha publicado hace menos de una semana.
El leve repunte de Rousseff se asocia al aumento de la aprobación de su gobierno. Según Datafolha, un 42% de electores consideran buena su gestión en los últimos cuatro años, el mejor nivel desde junio de 2013.
A su vez, el porcentaje de votantes que valoran como mala la gestión de Dilma Rousseff bajó al 20%, la menor desaprobación desde noviembre de 2013. Para el 37% de los encuestados la gestión de la candidata del PT ha sido regular.
Éste no es el primer sondeo que le trae buenas noticias a Rousseff, ya que en la mañana le sacaba por primera vez un punto de ventaja a Neves (50,5% de votos válidos frente al 49,5% del socialdemócrata), según la encuesta encargada por la Confederación Nacional de Transporte; también con un margen de error de +/- 2.
Balotaje de infarto
El candidato del PSDB y la actual gobernante disputan voto a voto el balotaje del próximo domingo con 148,2 millones de brasileños convocados a las urnas.
Neves, que antes de la primera vuelta llegó a tener apenas 11% de la intención de voto, resurgió en las elecciones del 5 de octubre, conquistando el segundo lugar con 33,55% de los votos, mientras que Rousseff acabó primera con 41,59% de los sufragios
La presidenta de Brasil posee una amplia base electoral entre las clases populares y las regiones más pobres del noreste del país, que se benefician de los programas sociales y han visto mejorar notablemente su nivel de vida en 12 años de gobierno del PT.
Neves, por su parte, quien promete un giro liberal para relanzar la paralizada economía del gigante latinoamericano, ha conseguido no sólo unir a la derecha, sino también seducir a múltiples decepcionados de la izquierda que habían votado por Marina Silva en el primer turno, incluida la propia excandidata ecologista.
La campaña para el segundo turno se está viendo marcada, según los analistas brasileños, por un nivel de agresividad jamás visto desde las elecciones de 1989, cuando Fernando Collor venció a Luiz Inacio Lula da Silva, mentor y gran apoyo de Rousseff, que más tarde llegaría a la presidencia (2003-2010).
Rousseff y Neves bajaron, sin embargo, el tono beligerante que estaba tomando la campaña durante el penúltimo debate televisado emitido este domingo, aunque en las redes sociales sigue reinando la crispación.
El Tribunal Superior Electoral ha prohibido varios anuncios de propaganda electoral en la televisión procedentes de ambos bandos por considerarlos demasiado agresivos.
El último gran debate de la campaña se celebrará el viernes en la cadena Globo, la emisora más grande de este país continental de 202 millones de habitantes.
El sábado, la víspera del voto por el segundo turno, se publicarán los últimos sondeos.
