No hubo delito, “fue salirse de las reglas de buena administración”

“Soy penalmente inocente y eso me ha llenado de satisfacción”, dijo a No toquen nada Fernando Calloia tras la revocación de su procesamiento por abuso de funciones. Reconoció que el aval otorgado a Cosmo para el remate de aviones de Pluna se hizo sin “un análisis profundo” pero “valía la pena” porque “era un objetivo de interés nacional”. Dijo que para él el caso ha sido “una experiencia terriblemente dolorosa”.

Actualizado: 14 de octubre de 2014 —  Por: Redacción 180

No hubo delito, “fue salirse de las reglas de buena administración”

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La actuación de Fernando Calloia “se apegó estrictamente” a la carta orgánica del BROU en el otorgamiento del aval a la empresa Cosmo. Así opinó, por mayoría, el Tribunal de Apelaciones que revocó el procesamiento del ex presidente del Banco República por abuso de funciones. El tribunal consideró que Calloia pudo haber cometido un error al otorgar el aval para el remate de los aviones, pero no hay pruebas de un delito.

Además, el tribunal dijo que hubo incongruencia en el fallo y señaló que el fiscal vio una trama que la jueza no vio.

Entrevista de Joel Rosenberg con Fernando Calloia en No toquen nada, de Océano FM.

Joel Rosenberg: Calloia, ¿qué le pareció el fallo?

Fernando Calloia: No puedo opinar del fallo judicial, lo que digo simplemente es que resolvió esta situación a mi favor. Soy penalmente inocente y eso me ha llenado de satisfacción.

JR: ¿Qué le pareció la redacción del fallo en cuanto a que usted pudo haber cometido un error pero no un delito? En un momento dice: “como queda dicho, en la peor de las valoraciones que puedan formularse en su contra tendríamos un comportamiento típico y antijurídico, no justificado, pero que no puede ser imputado como delito”. ¿Puede haber existido un error en el procedimiento para el aval otorgado a Cosmo?

FC: Cuando uno maneja dinero y créditos la posibilidad del error está todos los días en las carpetas del Directorio y del presidente del Banco. Le puedo poner un ejemplo de hechos que fueron duramente observados por el Banco Central al Banco de la República que son similares. En el año 2009, 2010, hubo una gran seca. Cuando se vino el invierno los productores lecheros no tenían alimento para sostener a sus vacas. Entonces se necesitaban 15 millones de dólares para comprar y repartir alfalfa. El Banco le dio el dinero en ese momento a la Corporación (Nacional para el Desarrollo) para que repartiera alfalfa entre los productores.

Esta no es una buena regla de administración, obviamente. No había un análisis profundo de la situación. Sin embargo, se percibía que era un objetivo de interés nacional que valía la pena que actuara el Banco República. ¿Eso es delito?

JR: Lo que quiere decir es que es que quizás no se obró correctamente desde el punto de vista administrativo pero no hay delito.

FC: Yo lo declaré en el juzgado. ¿Cómo vamos a actuar correcto administrativamente si lo hicimos a las apuradas en pocas horas para emitir ese aval? Otra cosa es por qué se hizo así. ¿Cuál fue la razón última? Y la razón última fue tratar de resolver un problema al Estado que tenía una deuda de 140 millones (de dólares) y al país porque se preveía en aquel entonces que el problema de la conectividad era difícil de resolver. Es el interés nacional el que está en juego y el Banco República que está ligado al interés nacional.

Estoy leyendo lo que dijo el tribunal: “no juzgar en base a reglas de buena administración”. Eso es lo que dice el tribunal y me parece que es un elemento esencial. Los bancos públicos tienen una razón de ser distinta que la de los privados y por lo tanto ponen en consideración principios que son distintos. A un banco privado si se mueren las vacas de los pequeños productores lecheros no les importa para nada.

JR: Usted dice que esos principios llevan a cometer errores a veces.

FC: Errores administrativos, no... Es salirse de las reglas de la buena administración. El error se sabía que se estaba cometiendo.

JR: ¿Usted sabía que estaba cometiendo un error en el momento de otorgar el aval?

FC: Pero si se hizo en condiciones de urgencia y con insuficiencia de información. Se sabía que las normas no habilitaban ese tipo de concesión.

JR: Se refiere a las normas administrativas, usted ha dicho que no fue un delito. Usted señala textualmente en la causa: “el ministro de Economía me informa que la operación cuenta con el respaldo del Ministerio de Economía y Finanzas y, por lo tanto, a pesar de la insuficiencia de garantías (...) entendimos que era una operación absolutamente segura”. ¿Cuánto pesó en esta decisión el respaldo del Ministerio de Economía y Finanzas?

FC: El respaldo del Ministerio de Economía y Finanzas tiene que ver con el interés nacional. A mí no, pero era común que llamaran al presidente del Banco a pedirle por operaciones de crédito.

JR: ¿El ministro de Economía llamaba habitualmente?

FC: Yo fui asesor de la Presidencia del Banco durante muchos años. Le puedo asegurar que en las presidencias de los años 90, los presidentes de la República llamaban más de una vez por día al presidente del Banco. Se lo puedo asegurar, atendía yo el teléfono. A mí no me van a correr a los ponchazos porque conozco el Banco al detalle.

JR: ¿Era para ayudar a obtener créditos o ayudar en la solicitud?

FC: No era para saber cómo gestionaban el Banco... Dejemos eso de lado, lo que yo le quiero decir es que la llamada del Ministerio no es una llamada que atienda fundamentalmente a conceder un préstamo a una empresa privada. Era para resolver un problema nacional. Si me dicen que le dé un crédito a una empresa privada, obviamente yo no concedo esa operación. Y mire que no es la primera vez que dijo que no. Varias veces dije que no. Pero acá estaba el interés nacional en juego.

JR: ¿Desde este gobierno se había llamado muchas veces por operaciones así?

FC: No. La verdad, nunca. Sí hay interesados en operaciones que llaman y siempre dije que no. Lo que pasa es que acá había dos conceptos que me parecen importantes. En primer lugar el interés de la nación. Porque ahora hay conectividad aunque yo creo no tan buena como había antes y uno pierde demasiado tiempo en aeropuertos de la región para tratar de salir de Uruguay. Pero en aquel momento la conectividad era central y me parece que es muy importante tenerlo en cuenta.

En segundo lugar, había una garantía del Estado sobre los aviones y era menester resolver ese problema para no tener que pagar la deuda del Estado hacia el exterior.

Me parecen dos elementos totalmente importantes como para que un banco del Estado intente resolver problemas del Estado.

JR: El exministro de Economía Fernando Lorenzo decía que según la Carta Orgánica del BROU él tenía que pedir el aval en persona para que fuera oficialmente del Ministerio de Economía y Finanzas. ¿Cómo es eso?

FC: El Banco no tuvo una carta orgánica integral desde que se separó el Banco República del Central en 1967. Antes del Banco Central era parte del Banco República, estaban juntos, había un departamento de emisión y un departamento bancario. Nosotros redactamos una carta orgánica integral con el ministro y allí surge un artículo novedoso y es que el presidente puede conceder operaciones siempre y cuando no se requieran mayorías especiales para resolverlas. Antes el presidente no tenía ninguna facultad y ahora sí.

¿Cuándo se requieren mayorías especiales para conceder una operación? Cuando el monto supera el 1% del patrimonio.

JR: Según el tribunal este no era el caso.

FC: Porque el patrimonio estaba en 1.250 millones (de dólares) aproximadamente y el 1% son 12 millones y esto eran 13 millones y pico. Por esto, el presidente no podía conceder esa operación. En la declaración del ministro parece que sí pero en realidad el ministro desconocía ese matiz del 1%. Lo que dice el tribunal es que dado que el presidente no puede conceder esa operación, consulté a dos directores más, conseguí la mayoría necesaria y se concedió la operación.

JR: ¿Usted dice que Lorenzo desconocía esa situación?

FC: Cuando declaró pensó que el presidente tenía la facultad porque eso no llegaba al 1% del patrimonio. Porque uno cuando va a declarar no sabe ni qué pregunta le van a hacer. Entonces, tampoco puede llevar documentación que respalde preguntas que uno no conoce.

JR: Usted y Lorenzo tenían defensas separadas. ¿Se habían juntado para tener una idea en común de lo que podían preguntarles y lo que podían contestar?

FC: Un día me llaman del juzgado y yo fui a declarar sin saber siquiera que era el tema Pluna. La verdad es que juicios penales tuve varios como presidente.

JR: ¿Pero sabían que se venía?

FC: Claro pero uno no sabía qué iban a preguntar. Sencillamente, fui.

JR: ¿Pero nunca se juntaron?

FC: No.

JR: ¿Por algún motivo en particular?

FC: No hay ninguna razón. Después se desencadenó todo lo que se desencadenó pero yo siempre consideré que la operación era perfectamente válida y que estaba dentro de las facultades del banco concederla. Nunca se me ocurrió pensar que podía haber un abuso de funciones en esta situación. La verdad sea dicha.

JR: Un punto muy discutido fue cómo se fijaron los términos del aval. Los fijó Cosmo. ¿Por qué y cuáles fueron los problemas derivados de eso?

FC: Es muy sencillo. Imagínese que usted va al Banco, quiere participar de un remate de cuadros en Bavastro y necesita una garantía de mantenimiento de oferta por 10.000 dólares. ¿Quién le dice al funcionario del Banco “Bavastro”? Usted, no tiene más remedio. El Banco no puede saber dónde usted va a comparar un cuadro. ¿Quién le dice el monto? Usted. No hay alternativa. El Banco es receptor de la información que le da el cliente. No le puede decir que usted no va a ir a Bavastro sino a Castells...

JR: ¿En este caso caso fue Juan Carlos López Mena, propietario de Buquebus, que dio la información?

FC: López Mena fue el que dio todas las instrucciones para la confección del aval. Exactamente. Está dicho en el juzgado, en las declaraciones.

Entonces sencillamente se dan las instrucciones y el Banco no las puede modificar. Le digo por qué no las puede modificar. Si el Banco las modifica porque las cree incorrectas, y resulta ser que en esa incorrección hay un error del Banco, el Banco es sancionable. Uno puede decir que el Banco lo indujo al error. Uno no puede decirle al cliente quién es el beneficiario.

JR: ¿Ahí pasó que Cosmo puso como beneficiario al Ministerio de Economía y Finanzas? ¿Ese fue un problema?

FC: Ese fue un problema pero imagínese que usted va a hacer una transferencia a España, a una persona, ¿el Banco le va a decir que esa no es la persona? Es el mismo concepto, el nombre siempre lo pone el cliente, jamás lo puede poner el Banco.

JR: ¿Cuál fue el problema que se originó? ¿Podía ser difícil cobrarle a Boston Seguros?

FC: Lo que pasa es que el Ministerio de Economía y Finanzas no podía pedir cobrar la multa por el aval sencillamente porque él no había rematado aviones. El fideicomiso que sí había rematado aviones no podía cobrar el aval porque él no era el beneficiario. Entonces quedaba una situación en que en todo el camino, nadie podía actuar. No fue un tema menor y fue lo que demoró la negociación y el cobro del aval. Si no se hubiera cobrado antes.

JR: ¿Usted sigue considerando que el aval era perfecto?

FC: Yo nunca dije que el aval era perfecto. Yo dije otra cosa, la frase se va desdibujando. Yo dije que el aval tenía una garantía perfecta. La emisión del aval tenía una garantía que era exactamente igual que la que nosotros habíamos dado. Nosotros emitimos una garantía por 13 millones de dólares y recibimos de una compañía de seguros una garantía de 13 millones de dólares.

El Banco tenía una garantía perfecta porque era idéntica. Si nos pasaba algo a nosotros en el Banco, podíamos recurrir a la compañía de seguros y cobrarla en forma idéntica. Lo que pasó fue lo del beneficiario que nos impedía pagar y cobrar. Pero si no hubiera pasado el tema del beneficiario descarte que eso era un pasamanos, el Banco pagaba y cobraba en el mismo acto.

JR: ¿Cómo se terminó solucionando? ¿Con la buena voluntad de López Mena en las reuniones que fueron manteniendo?

FC: Las reuniones no las tuve yo, fueron entre los estudios jurídicos de ambas partes. Se terminó resolviendo por la vía de la negociación. El contrato ese al que se hace mención, con muchas cláusulas, es el resumen de toda la negociación.

JR: ¿Cuál es la lectura que hace usted de la situación hoy en día? Por lo que usted dice del interés nacional, ¿volvería a actuar de la misma manera?

FC: Tampoco soy suicida (risas), si me fue mal no volvería a hacer lo mismo. Pero la lectura que hago es la misma que hice siempre. El Banco República tiene como misión resolver los problemas del país. Muchas veces los problemas del país no se resuelven con una carpeta donde se llega a la información y se cumplen todas las reglas de buena administración, hay que actuar con las urgencias del caso.

Otro ejemplo que es bien interesante es el del Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (Cudim) que hoy hace análisis que antes había que hacer en el exterior. Cuando surge la idea el Cudim era una empresa en creación, no estaba en condiciones de recibir un financiamiento. Y recibió 20 millones de dólares del Banco República, no recibió poco. Y hoy tenemos un Cudim funcionando y la deuda se está pagando con normalidad.

El Banco Central también nos observó en este caso. ¿Cómo le íbamos a dar un crédito a una empresa en formación? Sin embargo, para nosotros el Cudim era un objetivo nacional y había que financiarlo.

JR: ¿Qué tipo de cliente era López Mena para el BROU?

FC: Tenía una calificación digamos media. No tenía una excelente calificación crediticia. Digo clasificación objetiva, cómo lo calificaba el Banco al cliente, no como lo califico yo. No tenía las mejores calificaciones dentro del Banco.

JR: ¿Qué lectura personal hace de esta situación?

FC: Lectura personal es la que no quería hacer pero bueno.. Una experiencia para mí terriblemente dolorosa. Yo tengo 42 años de Banco y terminé mi carrera de forma abrupta, de mala manera. Renuncié a la Presidencia de la Asociación Latinoamericana de Bancos siendo presidente del Banco República a través de un procesamiento lo que es muy doloroso de alguna manera. Yo qué sé...

JR: ¿Y la política?

FC: La verdad es que yo no venía actuando entre otras cosas porque no lo podía hacer siendo presidente del Banco República.

JR: Pero fueron duros los cruces suyos con la oposición.

FC: Pero nunca por razones políticas. A mí me denunció un director del Banco Central que está impedido de hacerlo, por ejemplo. A nadie se le ocurrió decirle como me dijeron a mí: “a usted lo llamó el ministro Lorenzo...” Sin embargo, el director del Banco Central dice: “a mí me llamó Larrañaga y me pidió que hiciera tal cosa...” ¿Cómo? ¿No es un ente autónomo el Banco Central? ¿No es más autónomo todavía que el Banco República? Pero cuando tienen que actuar, actúan en bloque y no les importa mucho las autonomías. O sea, el director blanco del Banco Central hace comentarios por la prensa que tiene totalmente impedidos.

Además, las acusaciones que me hicieron en las interpelaciones no están vinculadas a este procesamiento. Me acusaron de dos hechos claves. Uno, violación de la Ley de Seguros, y la otra respecto a la violación de la Ley de Lavado de Activos porque se decía que esta operación estaba vinculada a la operación de lavado de activos más importante de la historia de España. Una cosa impresionante.

Esas dos acusaciones se cayeron y después se llegó a este abuso de funciones.

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