Un entrenador que exige “desde el amor”

Marco Crespi es el DT del Baskonia, el equipo vasco que este viernes enfrentará a Aguada por la Copa Euroamericana. En diálogo con 180 dijo que Nicolás Mazzarino “juega de puta madre” y explicó la diferencia entre los jugadores con “mucho potencial” y los jugadores con “talento”.

Actualizado: 19 de setiembre de 2014 —  Por: Diego Muñoz

Un entrenador que exige “desde el amor”

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En medio del entrenamiento del Baskonia en el Palacio Peñarol, Crespi le pide al ex NBA Orlando Johnson que no lance el libre. El técnico corre hasta el banco de los suplentes y vuelve con un celular. Se agacha y fotografía los pies de su jugador. Luego del tiro, Crespi le muestra a Johnson la foto y le da una indicación.

“El entrenador en 2014 puede comunicar así también. No solo debe utilizar palabras. Es importante tener su estilo pero debe ser contemporáneo. Johnson está acostumbrado a empujar más con el pie izquierdo que el derecho y le quería mostrar que eso le recarga más el músculo. Tal vez con una palabra él piensa “sí” “no”. En cambio yo le muestro y es solo “sí””, dijo a 180.

La escena pasa desapercibida para todo el plantel del Baskonia, que está en Uruguay para enfrentar este viernes a Aguada por la que Copa Euroamericana DIRECTV.

El entrenador italiano llegó al Baskonia este año tras un larguísimo historial. Nacido en Varese en 1962, a los 21 años debutó como DT en las juveniles del Olimpia Milano. Desde ahí en más no paró de dirigir. Pasó por la selección sub 21 de Italia y por varios equipos de su país, hasta que aceptó el desafío de mejorar a un histórico de la ACB. Se puso como primer objetivo “que los jugadores se entreguen cada día en los entrenamientos y en los partidos con emoción”.

“Hay jugadores que a los 20 años se dice que tienen mucho potencial, a los 25 tienen mucho potencial y a los 30 tenían mucho potencial. El potencial no lo es todo”, dijo. Para Crespi la diferencia entre un jugador con potencial y un jugador con talento la hace “la pasión”. “El talento no es solo una calidad técnica o atlética, es saber explotar esas cualidades con capacidad mental y entregándose con emoción. Lo primero que tiene que hacer un jugador es sentirse parte de lo que se hace”, agregó.

Crespi logró la Supercopa italiana en 2013, con el Mens Sana de Siena. Tras la victoria dio un discurso emocionante ante sus jugadores y minutos más tarde también agradeció a su plantel ante la prensa. Fueron discursos humanos, en los que rescató la esencia del grupo y el valor colectivo. “El baloncesto es mi vida y yo vivo dependiente de lo que hacen mis jugadores. Y si no amo a mis jugadores me equivoco. Debo ser el primero en transmitir este amor desde una exigencia que nace justamente de ese amor. No desde que ellos son jugadores y yo entrenador”, explicó a 180.

Según el entrenador, la diferencia en el deporte la hace la motivación. “Seguro que hay diferentes niveles pero en cada liga, en cada torneo hay 20 jugadores mucho mejores que el resto. Pero del 21 al 100 son parejos y ahí la diferencia la hace la motivación”, afirmó.

De aquel básquetbol de 1983 al actual, Crespi encuentra “muchas diferencias”. Explicó que ahora los cinco jugadores “van para la canasta” cuando antes “había tres jugadores que lo hacían”. Además, cree que la cancha queda demasiado pequeña debido a la capacidad atlética y técnica de los basquetbolistas. “Entonces lo que hay que tratar es de abrir la distancia entre los jugadores”, explicó. Otra diferencia es que antes estaba “el pequeño y el grandote” y la actualidad tiende a que los cinco jugadores tengan una altura similar. “Ese es mi sueño de baloncesto”, comentó.

El entrenador dijo que del Mundial de básquetbol rescató “que cuando los jugadores de la NBA se ponen a defender es muy precioso mirarlos” y recordó a los uruguayos que conoció en Italia. “Nicolás Mazzarino es un ejemplo de cómo un jugador sin mucha capacidad física y de altura. Juega de puta madre. Un jugador que no tiene velocidad pero juega más rápido que su oponente porque tiene cabeza y ganas. También conocí a Alejandro Muro y hace muchos años conocí a Juan Manuel Moltedo, cuando estaba en la cantera de la Roma”.