Joel Rosenberg

Borrelli y el desconcierto de Vázquez

La presentación de Daniel Borrelli como asesor en seguridad de la fórmula del Frente Amplio se dio la misma semana en la que el Partido Nacional jugó su carta más fuerte: el anuncio de su candidata a ministra de Economía. Mientras el país hablaba de Azucena Arbeleche (incluidos los frenteamplistas) Tabaré Vázquez presentó a Borrelli, un fiscal de gobierno que fue juez y ministro del Interior, por un breve período, del gobierno de Jorge Batlle.

Actualizado: 27 de agosto de 2014 —  Por: Joel Rosenberg

La convocatoria a la conferencia de prensa, el 20 de agosto en el hotel Four Points, no tenía detalles. Se podía esperar alguna medida o declaración importante porque por esos días Lacalle presentó a Arbeleche y el Partido Colorado su programa de gobierno. También por esos días Cifra publicó su encuesta y con esos datos todas las encuestadoras dieron en agosto una tendencia al alza de Lacalle y a la baja de Vázquez.

Pero lo que tenía el FA para mostrar era a Borrelli y Glenda Rondán. Y lo hizo en una conferencia donde lo que resaltó fue el sombrero de Glenda y las declaraciones de Borrelli. El nuevo asesor de seguridad de Vázquez dijo que no tiene ideología de izquierda, que la baja de la edad de imputabilidad es “una herramienta” y cerró con un lema de la policía: “libertad en el orden”.

Lo de Borrelli fue desconcertante, pero no es una excepción. La campaña del Frente está llena de decisiones desconocertantes, movimientos torpes y respuestas inconvenientes. Todo lo que dijo Vázquez con respecto a la diferencia de edad con Lacalle fue equivocado: cuando atacó con la referencia a la sub 20 le erró, cuando se defendió del “consejo de ancianos”, con la respuesta -católica y torpe- del gobierno del Vaticano le erró también. Lo mismo con el tema de las encuestas, cada intervención suya fue una pifia y en la escalada de declaraciones llegó a cuestionar la ética de las empresas al decir que “tienen por finalidad influir en el pensamiento de la gente”

Así el Frente juega para Lacalle. Y no es un tema de marketing, al menos no es solo de marketing. Es una cuestión mucho más básica de pensar una estrategia. Hasta la presentación de Arbeleche el Partido Nacional no había jugado ninguna carta fuerte, ni de programa, ni de figuras. Pero en ese momento clave, se vio el desbande y la desorganización del FA.

Arreciaron las críticas de los ex compañeros de Arbeleche, se recurrió de urgencia al gobierno y se resucitó a Danilo Astori. Todo junto, todo desordenado.

En dos meses la campaña del FA perdió el foco, al orientar todos los discursos a Lacalle Pou. Pero también perdió el rumbo al no encontrar una estrategia clara.

La presentación de Borrelli no es una excepción a ese desconcierto, pero es una síntesis de todos los problemas. Para poder entender la magnitud de la decisión de Vázquez basta con prestar atención a la incorporación Pablo Ferreri a la campaña, casi al mismo tiempo que se anunció a Borrelli.

Ferreri renunció a la DGI para sumarse a otras figuras técnicas y políticas (como Alvaro García) y rodear al candidato. Pero resulta que Ferreri es quien más se opuso al dictamen más importante de Borrelli como fiscal de gobierno: el dictamen no vinculante en la causa de Francisco Casal ante la DGI. El escrito de Borrelli fue clave para el archivo del caso, así lo dijo el ministro Mario Bergara en el parlamento en febrero. Ese escrito de Borrelli fue el argumento técnico más importante que tuvo José Mujica para su decisión política, para torcer la decisión de la DGI y el ministerio de Economía.

¿Cómo se le explica a los frenteamplistas, a los integrantes de la campaña del No a la baja, a Bergara y a Ferreri esta incorporación de Borrelli?

La respuesta a está en la desconcertante campaña del FA.



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