Designación como relator reconoce "respeto a las libertades y pluralismo" en Uruguay

Edison Lanza fue nombrado Relator especial para la libertad de expresión de la OEA. Pasará a ocupar el puesto en el que se venía desempeñando la abogada colombiana Catalina Botero. Lanza habló con No toquen nada y señaló que "es una posición muy desafiante e interesante para promover cosas".

Actualizado: 28 de julio de 2014 —  Por: Redacción 180

Designación como relator reconoce "respeto a las libertades y pluralismo" en Uruguay

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La Comisión Interamericana señaló que tomó su decisión "con base en las cualidad profesionales y la experiencia del candidato, tomando en especial consideración su capacidad técnica y su liderazgo, además de su capacidad para trabajar de manera efectiva con Estados, organizaciones de la sociedad civil y otros actores del sistema interamericano de Derechos Humanos".

Joel Rosenberg: Felicitaciones, Edison.

Edison Lanza: Muchas gracias. Estamos aquí en Washington todavía.

JR: Tenías que estar para esta instancia de los seis finalistas.

EL: Sí porque la selección es un proceso con varias etapas. Una de ellas era una entrevista en profundidad de los candidatos preseleccionados con los integrantes de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. Ahí teníamos que hacer una presentación y después nos podían preguntar abiertamente sobre todo lo que les pareciera del caso y nosotros debíamos contestar para demostrar que teníamos la capacidad para ocupar cargo. Esa instancia fue el martes con seis candidatos que habían sido preseleccionados y una presentación de una postulación de casi cincuenta personas de las Américas.

JR: ¿Cómo se da esa postulación? ¿Te postulas vos? ¿Lo hace la organización?

EL: No, es personal. Es un cargo técnico. Cuando se abre el llamado se establecieron una serie de requisitos y, si entendés que podés ocupar el cargo, presentás una hoja de vida muy exhaustiva. A partir de ahí, se abrió un proceso en el cual la propia comisión estudiaba las hojas de vida.

En marzo se anunció una lista corta de candidatos que seguían en carrera y se publican en la página web las hojas de vida de los seis precandidatos. Luego, se abrió un mes de consultas para que organizaciones de la sociedad civil, personas, actores de distinto tipo e incluso los Estados pudiesen opinar y presentar observaciones o lo que entendieran de detalle.

Ricardo Leiva: ¿Por qué te postulaste? ¿Por qué querías ser relator?

EL: Creo que el cargo guarda relación con la trayectoria que he desarrollado en los últimos años ya que conjuga aspectos técnico-jurídicos. Soy abogado y me he especializado en la libertad de expresión y acceso a la información pública, algo que era una de las condiciones para el puesto. También, el trabajo está vinculado al monitoreo y al derecho de la libertad de expresión, en su sentido más amplio, es decir, en la vigencia y las garantías que hay en la región para el ejercicio de esa libertad. En tercer lugar, porque es una posición muy desafiante e interesante para promover cosas.

Uno piensa muchas veces en las tensiones que enfrenta la Comisión y los relatores cuando tienen que denunciar alguna situación que puede encuadrar una violación a la libertad de expresión. Sin embargo, hay un fuerte trabajo de promoción de la Relatoría y de generar estándares sobre los más diversos temas referidos a libertad de expresión y derechos humanos. Luego, estos se van transformando en sentencias de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos o en leyes que los países aprueban, etc.

Para dar un ejemplo que todos conocemos: las leyes de acceso a la información pública que hoy son, por suerte, una realidad en muchísimos países de la región, no existían hace 15 años. A partir de que la Relatoría puso el tema sobre la mesa, estableció los estándares y logró que se ganara un caso en la Corte fue que los Estados fueron asumiendo esa obligación de garantizar el derecho de información de la gente.

Joel Rosenberg: Es un buen ejemplo de lo que puede hacer la Relatoría. Y, como relator, ¿cuál es específicamente la tarea que vos deberías desarrollar?

EL: La tarea es bien diferente. Ahora tengo tres meses para hacer el switch y adaptarme. Entro en funciones en el mes de octubre debido a que la redactora actual, Catalina Botero, está en ejercicio de su mandato hasta ese mes. La Relatoría tiene otro papel diferente al de la sociedad civil, aunque pueda asemejarse. En primer lugar, es una oficina experta que asiste a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, que es un órgano colegiado, integrado por comisionados postulados -en su momento- por Estados y tienen independencia técnica. Forma parte de la OEA y como son los Estados de las Américas tenés una relación distinta con cada uno de los Estados.

JR: ¿Qué papel jugó Uruguay en tu designación? ¿Tenía que jugar un papel?

EL: La Comisión tiene varias relatorías. La única que es ocupada por una persona que no es, a su vez, comisionado es la de libertad de expresión. Por lo tanto, en su propio mandato, habla de autonomía e independencia. Un candidato que fuese de un gobierno no hubiese llegado a las instancias finales del proceso de selección. Por lo tanto, el gobierno no debía intervenir.

Obviamente, -algo que creo que no se le oculta nadie en la región- el origen de los candidatos es un factor que, en algún punto, los comisionados toman en consideración. ¿Por qué? Bueno, si yo perteneciera a un país que tiene hoy acusaciones de violaciones graves a la libertad de expresión, es un factor que se puede convertir en un problema o le puede complicar el trabajo a la Comisión.

Por ahí, creo que el hecho de ser uruguayo, en momento donde la región y el mundo están reconociendo que Uruguay tiene una trayectoria de respeto a las libertades, que hay pluralismo, que tiene capacidad para articular entre distintas concepciones en muchos campos, yo pienso que en el “backstage” era una cosa que estaba presente.