Según contó la consejera del Consejo de Formación en Educación, Laura Motta, el requisito para los estudiantes es que no cursen inglés en algún centro particular privado.
No es obligatorio para todos los alumnos sino que los interesados deben presentarse y, por el momento, no hay límite de cupos.
El hecho es posible gracias a que en 2013 la Universidad de Cambridge (Inglaterra) firmó un acuerdo para convertir a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) en Centro Cambridge.
Esta distinción habilitó a dicha institución a brindar los exámenes oficiales que marca la universidad inglesa.
Para los liceales, la experiencia comienza en tercer año de Ciclo Básico con la posibilidad de rendir el examen de nivel A2, conocido como KET (Key English Test o Prueba clave de inglés), que representa un nivel de conocimiento básico del idioma.
A fines del 2013, 120 alumnos rindieron esta prueba.
El 85% aprobó y el pasado lunes recibieron sus diplomas.
El siguiente paso se da en Bachillerato Diversificado, donde pueden realizar la prueba PET (Preliminary English Test o Prueba preliminar de inglés), que corresponde al nivel B1.
En esta primera oportunidad, los 26 alumnos que se presentaron, la aprobaron.
Motta indicó que este sistema "permite conocer cuál es el nivel al que llegan nuestros estudiantes a través de la enseñanza que se les brinda en las aulas públicas".
El estar certificando en niveles A2 y B1, "nos permite decir que los alumnos de educación pública tienen un nivel intermedio de conocimiento de inglés que los habilita para manejarse en un entorno 'conocido' y a desempeñarse en diferentes ambitos, ya sea laboral o para proseguir estudios", añadió.
A su vez, 40 docentes de todos los niveles se presentaron para certificarse en el nivel C2, correspondiente a Proficiency, de los cuales logró el diploma el 90%.
Para ellos, la certificación significa un beneficio ya que, según explicó Motta, una formación de estas características supone un puntaje de acuerdo a ella.
"Eso está desde hace muchos años.
La diferencia con este momento es que antes los docentes tenian que prepararlo por su cuenta y pagar el examen.
No todos los docentes podían hacerlo.
Ahora, se les da esta oportunidad que es muy bien valorada por ellos", explicó Motta.
Para poder dar clases en Uruguay, a los profesores se les exige un nivel de inglés de B2 (First Certificate) para primaria y C2 (Proficiency) para secundaria.
Esto es para integrar las listas oficialmente, lo que no quiere decir que no ingresen docentes de menor nivel para realizar suplencias o interinatos.
Tanto en Uruguay como a nivel mundial, se está aspirando a que todos los educadores se encuentren en el entorno del nivel C1 y C2.
"La realidad es que la mayoría de los países no llega a estos niveles.
El año pasado fui invitada a la Universidad de Cambridge a hacer una presentación y, en general, hubo una grata sorpresa por los niveles que estamos exigiendo en Uruguay a nuestros docentes a nivel de la formación publica", contó Motta.
Actualizado: 04 de agosto de 2014 — Por: Redacción 180

Sin datos (Todos los derechos reservados)