La Coalición de Consejos Consultivos y Asociaciones de uruguayos en el exterior dirigieron una carta al presidente José Mujica, en la que solicitan que envíe un proyecto de ley al Parlamento que habilite el voto de todos los residentes uruguayos en el exterior.
“El voto en el exterior es una deuda nacional, tomo a cargo
personalmente sus reclamos”, declaró Mujica en diciembre del año pasado.
El voto consular no está permitido en Uruguay, por lo que cada vez que hay elecciones quienes viven en el exterior y desean participar de la elección deben viajar al país. Componen alrededor de un 15% de la población total y en caso de no venir a votar en dos instancias consecutivas, son eliminados del padrón electoral.
En setiembre del año pasado se instaló una comisión bicameral para analizar un proyecto de ley que permitiera habilitar el voto de los uruguayos en el exterior. Se reunieron en cuatro instancias distintas, pero por el momento no se llegó a ningún acuerdo. Así es que decidieron escribir al presidente, pero tampoco recibieron respuesta.
“El uruguayo que puede votar es el que tenga plata para costearse los gastos del viaje y que tenga el tiempo disponible para abandonar sus tareas habituales. Viaja a Uruguay, vota y nadie le pregunta dónde vive. El resto no y es una verdadera injusticia”, dijo a 180 Jorge Eiris, delegado del Consejo Consultivo en Córdoba.
En su caso particular, Eiris se fue del país en 1976, desde entonces trabaja vinculado al movimiento social de los uruguayos que viven afuera y aseguró que existen fuertes vínculos económicos, sociales y culturales que hacen que quienes viven en el exterior también sean considerados ciudadanos uruguayos.
“En todos los países las diásporas se han constituido como factores importantes de desarrollo económico y de integración cultural, el país tiene que entenderlo, máxime en un mundo donde la globalidad hace que las distancias caigan”, manifestó.
Según indicó el delegado del Consejo, en 2013 Uruguay recibió alrededor de 130 millones de dólares de remesas de uruguayos en el exterior.
En América, los únicos dos países que no permiten el voto consular son Chile y Uruguay. “Con la excepción de que en Chile ya está avanzado el tratamiento de una ley y se piensa que en el correr de este año va a estar resuelto”, explicó Eiris.
El proyecto de ley elaborado para Uruguay plantea que una vez sancionada la ley se abra un registro electoral del exterior por medio de las sedes consulares para que todos aquellos que fueron borrados del padrón puedan volver a participar. “Por supuesto hay muchos en esa situación”, aclaró Eiris.
Además, detalló que proponen urnas móviles para aquellos lugares que están lejos de una sede consular, “si hay un número de uruguayos que justifique el traslado de urna para hacer ejercicio del voto”.
“De lo que se trata es de aprobar una ley que habilite el voto en el exterior, nada más, porque el derecho al voto no está cuestionado. No hay ningún dictado, ninguna cláusula que explícitamente impida a los uruguayos del exterior que voten”, mencionó Eiris.
Quienes se manifiestan contrarios al proyecto entienden que los que viven en el exterior no deben votar sobre una realidad en la no que participan o viven a diario.
Pero el voto es obligatorio para todos los uruguayos. “En Uruguay hay muchos que van a votar porque se sienten obligados por la ley, sino no irían. Pero a los que quieren ejercerlo no se les debe privar de ese derecho, al contrario, se deben arbitrar los medios por parte del estado para que lo hagan”, afirmó Eiris.
“Cuando se trata de definir las cuestiones de fondo no tienen argumentos. Nadie puede soslayar ese derecho, nadie se atreve a cuestionarlo. Las argumentaciones en contra son todas argumentaciones menores”, declaró Eiris.
Uruguay trabaja desde su retorno a la democracia con distintas políticas de vinculación con los uruguayos en el extranjero. De hecho, en 2009 se promulgó la ley 18.250 sobre migración que afianza la relación con la diáspora y asiste en servicios que tienen que ver sobre todo con la documentación. Sin embargo, ese mismo año fue rechazado por plebiscito el voto epistolar.