La jornada fue organizada por el Instituto de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. De la mesa participaron el ingeniero químico Ignacio Stolkin, Raúl Viñas del Movimiento Uruguay Libre, el dirigente sindical Marcelo Abdala y dos representantes de la Federación Uruguaya de Estudiantes Universitarios (FEUU). El moderador fue el politólogo Alfredo Garcé.
Stolkin planteó que Aratirí no ofrece trabajo de calidad y dijo que "nuestros pobres trabajadores" no van a adquirir conocimientos que les permitan "hacerse valer en otro lado".
"El 70 % de los trabajadores de nuestro país, lamentablemente, están en la construcción. Después de un día de trabajo sacrificado, ¿qué les queda de recuerdo en algo que sería lo mismo que esto? Está totalmente frustrado por el trabajo que hace, no tuvo que pensar para hacer posos, yendo a su casa a mirar la televisión y sin querer hablar con su familia. Los entiendo, cansados y mentidos, porque les prometen lo momentáneo, lo que van a tener ahora, se van a poder comprar una moto china", sostuvo.
Un trabajador metalúrgico que estaba en el auditorio le gritó a Stolkin que no subestime a los trabajadores.
Garcé intervino y pidió tranquilidad. Stolkin aclaró que pertenece a la clase obrera. "Compañero, vamos a respetarnos. Lo que dije, y lo mantengo, es que nuestra clase obrera no tiene la posibilidad de tener una instrucción que la ponga al nivel de la clase obrera del primer mundo (...) Estoy totalmente de acuerdo en que se haga una industria metalúrgica en este país, pero no de esta forma. Quién va a invertir en una industria que solamente va a trabajar siete años. Si hay una posibilidad, necesitamos una industria metalúrgica a partir del hierro que hay en Valentines si la llevamos a 100 años, si desarrollamos una industria fina, no la de producir tanques, si no para producir aparatos finos que la industria internacional necesita y que son pagos. Con eso vamos a tener obreros con la posibilidad de avanzar como todos los demás y que no sigamos siendo la elite de los que llevamos a la universidad", sostuvo.
En el proyecto de Aratirí se propone extraer el hierro que hay en Valentines con un plazo máximo de 20 años.
Cuando fue su turno, Abdala le respondió a Stolkin. "A pesar de las enormes penurias que muchos trabajadores vivimos en esta sociedad capitalista, no comparto, aún en las peores condiciones, la concepción del trabajador como gorila amaestrado. En todas las condiciones el trabajador moviliza su capacidad, su inteligencia, produce toda la riqueza de la sociedad y es un vector central para la transformación de la sociedad, obviamente con trabajadores solos tampoco se puede", dijo.
Abdala dijo que el PIT-CNT acompañaría una propuesta donde el Estado se apropie del 100% del valor añadido por los trabajadores de la actividad minera. Pero pidió al auditorio que recuerde de dónde venimos. "Venimos de un código minero que cobraba un mísero 2%, que muchas veces no se podía probar de cuánto era. Nos da la impresión que en la ley de minería, si sumamos el conjunto de los impuestos, el 50% va a quedar en el Estado. Si este mismo criterio se aplicara a toda la actividad productiva del país, estaríamos en una situación de transición, donde el 50% del valor generado de la economía le quedaría a la sociedad. Estaríamos en una condición de construcción de una fase de transición al socialismo", sostuvo.
Por su parte, Viñas afirmó que según informes de las propias mineras internacionales, lo que normalmente se genera por cada un empleo directo en la fábrica son tres o cuatro indirectos. "Aratírí dijo que generaría siete indirectos de uno directo. Lo que hoy se nos ofrece para diversificar la economía es una propuesta de extraer hierro, un proceso minero, que no tiene industria, tampoco tiene valor agregado nacional y lo que es peor, agota el recurso a corto plazo al extraerlo a la máxima tasa de extracción posible técnicamente. Esa es una de las razones por la que en nuestro movimiento estamos en contra y consideramos necesario adherir al plebiscito para que entre todos digamos si queremos esto u otra cosa", señaló.
En el plebiscito promovido por Uruguay Libre se propone prohibir la megaminería a cielo abierto en el país.
La FEUU también expresó que está a favor de la industrialización y entiende que para no repetir el pasado, es necesario una industria siderúrgica nacional. "Estamos terminantemente en contra de Aratirí porque no permite instalar esa industria. Esta explotación está pensada para 15 años. Ese hierro dónde lo vamos a conseguir si se va a los mercados internacionales. Cuando se votó la ley de megaminería, se hizo una moción para que se estableciera limitar las cantidades de hierro a exportar, para poder tener una industria nacional. Estamos pidiendo como federación que se pare esto y puedan opinar todos, porque el hierro es del pueblo. Esto no es ninguna demagogia. Está todo bien con que lo controle el Estado, ahora, cuando un Estado se pone a trabajar para una empresa mulitnacional, lo que va a suceder es que se va a levantar el pueblo para frenar el atropello y el saqueo", dijo uno de los representantes.
Maurizio Baccino, un soldador que estaba en el auditorio, agregó después que la tonelada de hierro le sale 1.000 dólares y que, según los datos que dieron, Uruguay lo venderá a cuatro o cinco dólares la tonelada. "Los autos chinos que nos venden pesan menos de una tonelada. Nos venden menos de una tonelada de chatarra a ese precio. Estuve trabajando soldando barcos en España y no tienen ninguna tecnología especial. Hace un pozo en la playa, los tipos levantan los barcos ahí porque consiguen el acero barato. Nosotros tenemos un precio de hierro por las nubes y no podemos competir con nadie, y encima se lo vamos a dar a otro para que nos lo vendan después", sostuvo.
Frases y cruces calientes
Durante el intercambio posterior a las exposiciones de los panelistas, algunos que estaban en el público dieron su opinión y con sus palabras calentaron el ambiente.
Un trabajador metalúrgico, que ya había tenido un intercambio con Stolkin, criticó a los ambientalistas. "Está claro que hoy la matriz que tenemos en el país no es suficiente para todos. Seguimos con trabajadores diezmilpesistas y peones rurales que ganan seis. Ojo, esos peones rurales le hacen la changa a los ambientalistas que vienen a movilizarse acá en cuatro por cuatro", dijo.
"Muchachos, no me piquen el partido que venimos bien de bien", pidió Garcé.
Pero el partido se picó nomás cuando fue el turno de hablar de un ambientalista.
"Hay que recordar que en el primer proyecto de Aratirí se iba a instalar un central termoeléctrica a carbón. Cualquiera puede deducir que si una empresa hace esa propuesta, no le interesa el medioambiente. Salieron los técnicos de UTE a decirle que en Uruguay carbón no queremos. Segundo, acá se habla de 500 hectáreas, como dijo el señor del PIT-CNT, que a mí no me quedó claro si habla en representación de los trabajadores o si lo hace en nombre de la empresa o el gobierno", sostuvo.
Abdala, que estaba sentado en la mesa de panelistas, se paró, se quitó los lentes y trató de sacarle el micrófono al ambientalista para responder. Entre gritos y algún forcejeo que no pasó a mayores, Garcé intervino de nuevo y dijo que si pasaba una más y se terminaba la jornada.
Abdala tuvo derecho a réplica y dijo que no le permitía a nadir cruzar ese límite. "Con respecto a las banderas nuestras, si el asunto es de qué manera el Estado se apropia más de los recursos, de qué manera hay un proyecto que no está pensado solo desde un punto de vista extractivista sino de la industrialización, no será que en vez de ir a una movida como el plebiscito, en un año muy especial donde hay muchas cosas en juego, ¿no será que tenemos que ir a un proyecto donde el Estado garantice, junto a la región, la industrialización? Eso es lo que nosotros estamos pensando".
"Eso no es Aratirí", le gritaron a Abdala.
Otros pidieron que el ambientalista tenga la palabra de nuevo, pero Garcé le dijo que no porque "venían tranquilos y la intervención estuvo fuera de lugar".