Operación Palace: un documental que “engañó” a los españoles

El falso documental, del periodista Jordi Évole, narra una versión “inédita” sobre el Golpe de Estado en España, en 1981. Periodistas y figuras políticas de la época colaboraron para que cinco millones de espectadores vieran el film sin saber que se trataba de una ficción hasta el final.

Actualizado: 28 de febrero de 2014 —  Por: Redacción 180

Operación Palace: un documental que “engañó” a los españoles

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“Vamos a emitir un programa sobre el 23 de febrero, pero no es un documental más sobre el 23 de febrero, es otra cosa. Y no puedo explicaros nada porque si lo explico igual no lo podemos emitir. Entonces lo único que os puedo decir es que os pido por favor que si el 23 de febrero os sentáis delante de la tele y pones la Sexta, sobre todo que veáis hasta el final, hay que ver ese programa hasta el final”, manifestó Jordi Évole, conductor del programa Salvados de España, en la promo previa al programa.

Évole decidió incluir en su programa periodístico, Salvados, un documental ficcionado que narra una nueva versión sobre los hechos ocurridos en España, en febrero de 1981. Sin embargo, omitió a sus espectadores que se trataba de un falso documental hasta que terminó. Alrededor de cinco millones de españoles siguieron el programa, por televisión abierta, que batió récord de audiencia, con picos de seis millones de espectadores.

El periodista catalán dirige desde hace seis años el programa Salvados, que se emite por La Sexta y posee gran credibilidad en el país.

La justificación fue que la verdadera historia no puedo contarse antes porque la Justicia no autorizó acceder al juicio del intento de golpe hasta 25 años desde la muerte de los procesados o 50 años desde el intento de golpe. Y eso instaló la polémica que se desenlaza en el resto del documental.

Los españoles vivieron con incertidumbre y angustia el 23 de febrero de 1981. En la tarde de ese día, minutos después de comenzada la votación en el Congreso de los Diputados para investir a Leopoldo Calvo-Sotelo como presidente del país, la guardia civil comandada por el coronel Antonio Tejero irrumpió en la sala.

El documental sostiene que los únicos documentos oficiales conocidos hasta la fecha son las actas del Congreso, que son una parte de la realidad, y que por primera vez lograron acceder a documentos de la CIA que permiten esclarecer lo que en verdad ocurrió.

La operación se llamó “Operación Palace”. El falso documental cuenta los pormenores de la operación, apoyándose en políticos que fueron protagonistas en esa época, académicos y periodistas.

“Esos papeles no solo matizan la historia que sabemos del 23F sino que hay que reconocer que la cambia por completo”, relata sobre el comienzo del documental Andreu Mayayo, catedrático de historia contemporánea de la Universidad de Barcelona.

El documental anuncia que sale a a luz por primera vez una reunión entre los principales dirigentes políticos que se llevó a cabo en el Hotel Palace de Madrid para desbaratar los intentos de golpe de estado.

“La propuesta de Gutiérrez Mellado consiste en adelantarse al posible Golpe de Estado con un golpe de estado falso, controlado y predestinado al fracaso”, menciona el periodista y escritor José María Anson, quien colabora también con la ficción.

Pero el mismo documental revelaba al final que se trababa de una ficción. “Nos hubiese gustado contar la verdadera historia del 23F, pero no ha sido posible. El Tribunal Supremo no autoriza la consulta del sumario del juicio hasta que hayan transcurrido 25 años desde la muerte de los procesados o 50 años desde el Golpe. Esta decisión es tierra abonada para teorías y fabulaciones de todo tipo, como esta. Posiblemente la nuestra no será ni la última, ni la más fantasiosa”, menciona.

El falso documental fue aplaudido y criticado, durante y luego de su emisión. Las redes sociales estallaron con el tema, fue tapa del diario El País de Madrid al día siguiente, se habló en radio y televisión e incluso reconocidas figuras dieron su opinión al respecto.

“Creo que efectivamente 30 años después de un suceso como ese es lícito acercarse a las cosas con una mirada más abierta, hasta los grandes esclarecimientos y también hasta las pequeñas bromas. Y sobre todo, los que vivimos aquellas jornadas con el dramatismo extraordinario con el que vivimos, levemente legítimos a no ser sospechosos de querer engañar, así que pido perdón por el susto porque yo a eso sí le llamaría susto, pero no exactamente por el engaño”, manifestó el prestigioso periodista Iñaki Gabilondo, quien participó del documental.

El periodista Carles Francino, conductor del programa La Ventana, se mostró más reticente. “Parece que Jordi Évole con su falso documental Operación Palace, quería hacernos pensar y lo ha conseguido. Desde ayer no dejo de dar vueltas al asunto. Sé que no lo hizo con mala voluntad ni por subir la audiencia, porque es buena persona y rompe los índices cada semana. Poco se puede decir de los experimentos sociológico y televisivo si uno pretende no hacer el ridículo negando las evidencias, pero sí cabe preguntarse si una ficción así como la que vimos ayer entra en las fronteras del periodismo. Porque si damos por válido el instrumento cualquier profesional, en cualquier medio, sea público o privado, y en cualquier formato podría usarlo para demostrar cualquier cosa sobre cualquier asunto y en cualquier momento y es difícil pensar que aceptásemos sin más todas esas premisas".

Por su parte, el propio Jordi, explicó las razones por la que hizo este falso documental en diálogo con el programa Hoy por Hoy de Cadena Ser.
“Nos gusta mucho la televisión y nos gusta mucho experimentar y arriesgar en televisión que es algo que llevamos haciendo desde hace seis años, desde que empezamos a hacer Salvados. Entonces nos divierte tanto este medio, creemos que tiene tantas, tantas posibilidades que a veces no utilizamos. Y normalmente utilizamos la televisión para hablar mal de ella. Que nos permitan en un prime time de una cadena comercial, hacer cosas como las de ayer para mí es un lujazo. Y en segundo lugar, lo hicimos porque creo que vivimos un momento de tsunami informativo enorme y poner a veces al espectador, al ciudadano en esa tesitura de tengo que creer todo o tengo que poner yo mis propios filtros, tengo que saber elegir entre el grano y la paja. Si ha servido un poquito para eso también bienvenido sea. Y también para denunciar que no vivimos en un país que sea precisamente el paraíso de la transparencia”.

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