La paz es muy lejana para Siria

Después de casi tres años de conflicto en Siria, emisario del presidente Bashar al Asad y miembros de la oposición en exilio acuden este viernes a la mesa de negociaciones de Ginebra para unas primeras conservaciones de paz con ínfimas opciones de éxito.

Actualizado: 24 de enero de 2014 —  Por: Redacción 180

La paz es muy lejana para Siria

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Llegados este jueves a Ginebra tras una tensa conferencia en Montreux que reunía a unos 40 países y organizaciones, ambas delegaciones van a ir al grano para ver de terminar con el caos mortífero que ha dejado más de 130.000 muertos en Siria y obligado a miles de civiles a abandonar sus casas o exiliarse.

Diplomáticos y observadores se hacen pocas ilusiones acerca del resultado de estas negociaciones pero recuerdan que el simple hecho de que los dos campos acepten reunirse en un mismo espacio es todo un acontecimiento.

El artífice de este delicado ejercicio de diplomacia, el emisario de la ONU para el conflicto sirio, Lajdar Brahimi, entrará en escena a las 11H00 locales (10H00 GMT). Y no lo tendrá fácil a juzgar por el tono empleado por los sirios estos dos últimos días, sobre todo el régimen, que acusa a los opositores de "traidores" y "agentes" a sueldo del extranjero.

Según varias fuentes diplomáticas, Brahimi reunirá a las dos delegaciones en una misma dependencia de la sede de la ONU en Europa. "Hablará media hora a modo de introducción", según una fuente diplomática occidental. Los sirios no tomarán la palabras.

En un segundo tiempo, cada delegación se dirigirá a su propia sala, donde Lajdar Brahimi discutirá con cada una del marco de las negociaciones.

Según esta fuente diplomática occidental, Brahimi podría intentar volver a reunir a las dos delegaciones este viernes o sábado en la misma sala, donde los negociadores se hablarán pasando "por Brahimi".

El primer ciclo de negociaciones está previsto que dure "hasta el final de la semana próxima", el 31 de enero. "Pero también se puede terminar todo el viernes", recuerda con prudencia una fuente diplomática occidental.

"Sabremos que llevará su tiempo y si tiene que durar un día más, que dure un día más. Ya sabíamos que no sería un proceso fácil", indicó asimismo un alto responsable del Departamento de Estado.

La delegación de Damasco está encabezada por el muy curtido ministro de Relaciones Exteriores, Walid Mualem. Ahmad Jarba es el jefe de la delegación opositora pero no el negociador jefe, cuyo nombre se anunciará este mismo viernes, según indicó a la AFP Monzer Aqbiq, portavoz de la delegación.

El futuro de Bashar al Asad sigue siendo el principal motivo de desacuerdo. La oposición plantea como principio su salida y la constitución de un gobierno transitorio en el que no desempeñe ninguna función. El régimen rechaza esta opción.

A falta de consenso en este punto crucial, Lajdar Brahimi podría concentrarse, igual que occidentales y rusos, en definir las primeras medidas para aliviar a la población.

Brahimi evocó "indicaciones" de que las delegaciones parecen dispuestas a discutir del envío de ayuda humanitaria, de treguas localizadas, sobre todo en Alepo, y de intercambios de prisioneros.

Según una fuente diplomática, la oposición podría poner de entrada sobre la mesa la idea de "ayuda humanitaria conjuntada con treguas localizadas".

Parte de la ecuación depende también de la capacidad de los "padrinos" de los dos campos, Estados Unidos para la oposición y Rusia para el presidente Asad, para pesar y maniobrar entre bastidores.

El secretario norteamericano de estado, John Kerry, no se anduvo con miramientos y reiteró a Damasco su exigencia de que Asad deje el poder. Rusia, por su parte, mostró un apoyo firme a la par que sobrio al régimen. Y nadie sabe cómo van a avanzar sus peones occidentales, rusos y monarquías del Golfo en este "gran juego" de luchas de influencia y póker diplomático.