"Si en clase escucho 'puto' 20 veces y no hago nada, soy responsable"

Desde que se aprobó la ley de matrimonio igualitario, el colectivo Ovejas Negras apostó a militar contra la discriminación y el bullying en el sistema educativo. Fernando Álvarez es militante del colectivo y profesor de inglés en el liceo y la UTU de Paso Carrasco. En su condición de docente cuenta cómo es el clima dentro de la clase.

Actualizado: 28 de setiembre de 2013 —  Por: Redacción 180

"Si en clase escucho 'puto' 20 veces y no hago nada, soy responsable"

Sin datos (Todos los derechos reservados)

Una vez que la ley de matrimonio igualitario entra en vigencia y comienza a aplicarse, el tema empieza a repercutir en los centro de educación. Fernando Álvarez, en entrevista con No toquen nada, contó cómo los profesores y familias empezaron a consultar. “Recibimos miles de llamadas y de mails de todos los puntos del país para ver qué podíamos hacer nosotros y cómo podíamos encarar el tema dentro del aula”, explicó el profesor y agregó “no tenemos la formación, cuando hicimos las carreras docentes de este tema no se hablaba”.

Los llamados surgen principalmente cuando en las aulas se dan casos de violencia hacia los alumnos gays, lesbianas o trans. “Se la discrimina a esta chica porque está con otra y se están besando, o hay una chica o un chico trans en el liceo entonces solicita entrar al baño la chica trans de mujeres y el director no sabe cómo actuar, los profesores no saben cómo actuar, la siguen llamando por el nombre de varón, la psicóloga no sabe cómo tratar el tema, la familia tampoco y esa persona termina dejando el sistema educativo así como tantos otros”, ejemplifica Álvarez.

Incorporarlo desde la educación

Como docente, él busca promover la incorporación de los temas de diversidad sexual y de género y que las clases de educación sexual no sean sólo clases de biología y anticoncepción.

“Primero se aprueba la ley y existen los derechos, ahora vamos a empezar a reconocerlos y qué mejor que hacerlo desde el sistema educativo en el cual se inculcan los valores básicos de esta sociedad y en la cual vamos creciendo. Por eso consideramos que la educación es el siguiente paso a atrapar”, manifestó.

Fernando explicó que todavía hay mucho silencio al tratar el tema y que para que no haya discriminación hay que hablar. “Los docentes, por lo general, deciden participar poco” dijo y recordó, “cuando en una reunión docente estamos dando promedios de los estudiantes, está la psicóloga sentada y estamos los docentes, y se escucha ‘ay sí, esta chica que machona que es, yo ya le he dicho que se tiene que arreglar un poquito pero no cambia más’ o ‘no sé cómo tratar con la chica trans, yo le voy a seguir diciendo Marcelo’ ”.

Si bien manifestó no tener recetas sobre el tema, como docente se propone no dejar pasar los insultos y la violencia ya que su función es formar ciudadanos y ayudar a tener una sociedad más justa.

“Si en mi clase yo escucho la palabra 'puto' 20 veces, 'torta' 50 veces, pero no solo eso, 'mongólico', 'negro de mierda', 'gorda'; si yo veo esa discriminación en el aula y no hago nada porque considero que mi asignatura específica o el tema que tengo para hoy es más importante que atacar a esa discriminación, el mayor responsable soy yo”, confesó.

Además, destacó la formación en educación sexual que se propone en la UTU como modelo, donde educación sexual es una asignatura más, con las mismas exigencias que las demás materias. No así la educación sexual de otros sistemas donde se incorpora la modalidad de taller.

“En el liceo existe un referente sexual, que tiene 10 horas semanales y que se tiene que repartir para los tres o cuatro turnos que existen en el liceo. Por lo general, lo que sucede es que la adscripta o dirección solicitan que la referente haga su intervención en las horas que algún docente tuvo que faltar y los chicos tienen hora libre”, aclaró Álvarez. Lo cual no es regular ni constante.

El rol de la familia

Fernando destacó la importancia de las palabras y de revisar cómo se habla de familia hoy. Dijo que en Argentina hay maestros que están empezando a hablar de reunión de familia y no reunión de padres. Sin embargo, en Uruguay unos lo incorporan y otros lo escuchan por primera vez.

“Cuando yo le mando a mis estudiantes a la casa 'reunión de padres', te caen 10 madres o 20 madres y un padre, o te caen 5 abuelas, entonces hay que empezar a cuestionar eso, no es más 'reunión de padres'. En la terminología también está al cambio. Cuando yo digo reunión de padres y ese niño tiene únicamente una mamá o un abuelo inconscientemente también está recibiendo esta discriminación, no lo hacemos consciente nosotros, pero al visibilizar esto tenemos que permitir ampliar y por eso es que hablamos de 'reuniones de familia”, afirmó.

Del otro lado del mostrador

Fernando recordó cómo se dio el proceso de asumir antes sus alumnos que él era gay. La primera vez les dijo que no era gay. Fue la única vez que le mintió a los alumnos.

“Iba caminando con un estudiante y ese chico me preguntó ‘¿Profe a usted le gustan los varones?’, y yo le dije que no. Y no había otra persona para que el me pudiera jugar mal o reírse de mi o algo. Preguntó como cualquier otra pregunta, como '¿dónde vive?' Preguntan porque nos quieren investigar o conocer como personas en realidad”, relató el docente y confesó que fue la primera vez que me mintió a un alumno, cinco años atrás.

“Ahí mi propia discriminación. Los gays, lesbianas y trans hemos sido discriminados desde toda la vida y ya sabemos en qué ámbitos hablar y en cuáles no”, aclaró Álvarez. “Yo como docente en ese momento consideraba que de ese tema no podía hablar”, agregó.

Años más tarde reconoció que mentir u ocultar el tema era como manifestar que ser homosexual está mal y, por lo tanto, seguir discriminando.

“Entro a la UTU y mi grupo de estudiantes que venían de la escuela, era la primera clase y el primer docente que veían, y la primera persona que encuentran es a mí. Nos empezamos a presentar, a conocernos por los nombres y apellidos. 'Voy a ser el profesor de ustedes de inglés, me van a decir teacher o Fernando, como ustedes decidan'. Y en eso surge una estudiante que pregunta ‘¿Profe usted con quién vive?’. Yo le dije: 'yo vivo con mi novio'. En ese momento los varones quedan como petrificados y es un cámara lenta para mi también. Entonces los varones repiten: ‘En serio, ¿con quién vive usted?’. Yo vuelvo a repetir que vivo con mi novio y una de las chicas dijo ‘Sí, yo tengo un tío gay, cero problema con eso’. Después de eso, entre nervios que van y vienen dije ‘Muchachos y muchachas, ustedes están entrando a la UTU en este caso, a un nivel secundario en el cual van a tener 13 docentes, 13 realidades diferentes, que también les van a ayudar a ustedes a ampliar su cabeza en cuanto a reflexión, en cuanto a respeto y eso también es parte del crecer’”, concluyó Fernando.

Con base en un informe de Nausícaa Palomeque, de No toquen nada.