Los geólogos dijeron que los asesores que trabajaron en la redacción de la ley junto al Ejecutivo no tienen experiencia minera.
Si bien respaldan la minería en Uruguay, critican que “el asesoramiento que recibió el Poder Ejecutivo en cuanto al armado del proyecto de ley, (...) es, no diría que equivocado, pero sí falto de conocimiento y de cultura minera, esto es, falto de realidad”, según dijo la licenciada Alejandra Martínez en el Parlamento.
Bergalli señaló que "a nivel regional ningún emprendimiento de megaminería está limitado a 400 hectáreas. (…) Dentro de las 400 hectáreas queda la mina, la planta, el área de servicios, las piletas de relaves. Todo el emprendimiento ocupa 400 hectáreas”, dijo Bergalli. “En Uruguay no es como en Chile que en un lugar relativamente pequeño podés encontrar 10 millones de onzas de oro. Acá la geología es mucho más antigua, los depósitos están mucho más deformados y tú tenés que manejar una serie de pequeñas minas simultáneamente”, agregó.
Además, los geólogos uruguayos sostienen que el proyecto está hecho para Aratirí y no contempla otras realidades de minería, ya que es solo para hierro y no hay motivos para no regular otros tipos de extracción.
“Técnicamente no habría una razón para separar explotación de calcáreos de calizas por ejemplo”, dijo Bergalli. “Dentro de lo que es metálico tenés diferentes realidades: la minería de hierro se caracteriza por extracción de altos volúmenes, que no es la misma realidad que el oro, por ejemplo, que se guía por un tema de concentración”, agregó.
“Cuando uno hace una ley tiene que no contemplar a un solo tipo de explotación sino tratar de ver un poco más no el árbol sino el bosque y contemplar todas las realidades que se pueden dar en el país”, señaló.
“Esta ley se hizo ya sabiendo el resultado de un ejemplo concreto; no se hizo pensando en la realidad del inicio de todo esto. Por ejemplo, la ley dice que los costos de investigación pueden ser descontables en los cinco años iniciales. En la realidad eso significa una setentava parte del costo real. Es decir que el minero tuvo que hacer setenta investigaciones para que por lo menos una le diera resultado. Por lo tanto, no va a descontar sus costos, sino que arranca muy atrás”, señaló Rafael Ogando, licenciado en Geología.
Según Bergalli, la megaminería “es una actividad de alto riesgo”. “Que tú inviertas 50 millones de dólares en exploración no te garantiza que vas a tener resultados positivos. Es todo un riesgo: podés depositar 50 millones de dólares y llegar a la conclusión de que no hay mineral o de que el mineral que encontraste no tiene las características apropiadas para su extracción”, señaló.
“Es un capital de alto riesgo que lo tiene que asumir la industria privada, que el gobierno uruguayo por sí solo no lo puede asumir. No se aplica un gradualismo en la carga impositiva y las inversiones que se hablan son inversiones muy grandes, que hay que amortizarlas. Si uno desde el punto inicial ya le somete esa carga impositiva la amortización quizás se pueda complicar un poco. Quizás el gradualismo hubiera sido importante para permitir justamente que los inversores vieran en Uruguay, que es un país que no tiene tradición minera, una posibilidad cierta, y ahora con esta carga impositiva inicial por ahí se puede complicar un poquito”, agregó.
