Según la última encuesta de la JND, uno de cada tres estudiantes de 12 a 17 años dice haber tenido un episodio de borrachera en los últimos 15 días.
La ministra de Salud Pública, Susana Muñiz, dijo que muchos jóvenes llegan a estas situaciones problemáticas porque los adultos no consideran el consumo de alcohol como una práctica grave, e incluso permiten y, en algunos casos, hasta suministran bebidas alcohólicas a los menores.
En los centros de salud, cuando se recibe a los adolescentes, no siempre se hace una evaluación integral con la intervención correspondiente.
En general no hay un seguimiento ambulatorio y "se pierde una valiosa oportunidad de tratamiento", según el MSP. Por eso se creó este protocolo donde se establece que los profesionales asistirán al paciente y lo derivarán al Espacio Adolescente de su institución médica para iniciar una evaluación integral de su salud.
Dentro de este protocolo están incluidos las personas entre 10 y 24 años de edad, inclusive, que consulten por intoxicación alcohólica en cualquiera de sus grados o en situaciones en que "el alcohol sea determinante en la pérdida del estado".
El Espacio Adolescente deberá contar, al menos, con un número semanal disponible para atender a los usuarios referenciados. También podrá evaluar la necesidad de entrevistarse con familiares o referentes adultos que puedan acompañar el proceso, podrán derivarlo al Equipo de Adicciones o al Servicio de Salud Mental de la Institución, según el caso.
Además, tendrán que informar al adolescente o joven sobre el diagnóstico y pronóstico realizado y, la conducta aconsejada a seguir. También conocer el proceso que el adolescente ha realizado desde la consulta inicial hasta que se decide su alta y evaluar si tuvo modificaciones en su conducta.
La guía para la "detección de consumo de alcohol e intervención breve para adolescentes y jóvenes" fue elaborada por el Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo de (EEUU), en colaboración con la Academia Americana de Pediatría.