Entrevista de Ricardo "Sueco" Leiva
Insulza sostuvo que no considera incorrecto que en algunos países se legalice el consumo de drogas pero no es partidario a “que se dicte una ley para todo porque provoca roces en la sociedad”. Añadió que no le parece mal que ocurra primero en algunos lugares y luego en otros.
El secretario sostuvo que en la investigación encontraron que hay más políticas liberalizadoras en Estados Unidos que en otras partes. “La marihuana en dos estados (de ese país) es legal. Por lo tanto se va a plantar, se va a cosechar y se va a vender; y lo más probable es que el gobierno federal no haga nada” y señaló que hay otros 16 estados en donde no es legal pero sí lo es la marihuana medicinal. “En algunos, todos sabemos, se entra a un expendio y hay comunicación con un médico o por Internet y en diez minutos se le da la receta. Casi podemos agregar que está legalizada y muy poco regulada. Está menos regulada que la propuesta que se está haciendo aquí”, dijo.
En su diálogo con No Toquen Nada, Insulza dijo que el debate sobre drogas en el continente es algo nuevo, que aparece en los últimos años, y que no hace mucho más de un año tomó fuerza entre los jefes de Estado del hemisferio.
Recordó que los ex presidentes de Brasil, Fernando Henrique Cardoso; Colombia, Cesar Gaviria; Chile, Ricardo Lagos y México, Ernesto Zedillo, dieron el puntapié inicial del debate a este nivel.
El año pasado, en la cumbre de Cartagena de Indias, los estados miembros de la OEA le encomendaron a Insulza, como secretario general, la elaboración de un informe para evaluar el resultado de las políticas implementadas y la exploración de nuevos enfoques para el problema de las drogas.
Una de las innovaciones de informe que Insulza vino a entregar al gobierno uruguayo es que no sólo analiza sino que hace el ejercicio de proyectar el futuro en cuatro escenarios posibles. Los escenarios están diseñados en base a las opiniones de decenas de expertos y pretende graficar posibles futuros dependiendo de los caminos que se emprendan para enfrentar el tema de las drogas.
Los cuatro escenarios se titulan:
Ruptura: plantea como probable que varios países centroamericanos, que no son grandes consumidores pero si lugares de pasaje de drogas del norte hacia el sur y sufren los mayores niveles de violencia asociada a las drogas, se descuelgan de la guerra a las drogas. Bajan los brazos y deciden flexibilizar la lucha contra el gran tráfico a cambio de bajar los niveles de violencia que sufren. Esto, con el tiempo, da lugar a narcoestados donde los traficantes captan parte del sistema político gracias al gran poder económico y al prestigio social que acumulan. Este escenario se ve como un planteo de los riesgos que se enfrentan si no se intentan nuevos abordajes del problema.
Los escenarios con nuevos abordajes son:
Juntos: plantea un énfasis en la mejora institucional de los estados. De las policías de todos los países, de los sistemas de justicia, los de salud con un enfoque del problema desde la salud pública, los derechos humanos y la represión del crimen organizado, el gran tráfico y el lavado de activos
Resiliencia: plantea un estímulo con recursos financieros y humanos a la capacidad de respuesta de las comunidades el problema de las drogas.
Caminos: explora las posibilidades de un escenario con países que experimentan con nuevos marcos regulatorios, hay una mención bastante explícita al proyecto que se está discutiendo en Uruguay como una de las primeras experiencias. También se proyecta una generalización de la regulación en EEUU y la inclusión en el debate de la posibilidad de regulación de otras drogas como las derivadas de la hoja de coca y de la amapola
Uno de los elementos que aparece en este escenario es que se proyecta que en 2016, la OMS recomendará quitar la marihuana de las listas de prohibición. Insulza explicó que más allá de que sea una proyección optimista o no, es una tendencia que se puede observar con claridad.
El secretario general recordó que a diferencia de lo que sucedía antes, el tema de drogas se discute abiertamente. “Felizmente los presidentes nos pidieron que hiciéramos un informe” y “que no sacáramos conclusiones, que las iban a sacar ellos”, añadió.
En el desarrollo en el tiempo de este escenario titulado “Caminos” varios países de la región aplican políticas regulatorias con resultados dispares. De todas formas, la situación evoluciona hasta el punto que se genera tensión en la comunidad internacional. Varios países con posturas más duras respecto al tema drogas comenzarán a acusar a los países americanos de estar violando los tratados internacionales.
En este sentido, Insulza afirmó que en Asia el tratamiento a la adicción a las drogas es mucho más violento que en América Latina. “Estamos hablando de pena de muerte para el tráfico de drogas. Entonces, las convenciones internacionales tienen el problema de que como son globales tratan situaciones bastante distintas”.
Insulza hizo referencia al informe y recordó que en la región “se consume el 45% de la cocaína, otro tanto de la heroína y el 25% de la marihuana del mundo. Por lo tanto, hay envergadura suficiente como para tomar algunas decisiones respetando el marco internacional en todo lo que se pueda”.
Asimismo, dijo que está visualizando un abordaje con flexibilidad creciente. “En América hay países en los cuales el consumo es alto y la violencia es baja comparativamente como Estados Unidos, Chile y Uruguay. Mientras que hay otros al revés, en donde el consumo no es muy alto pero la violencia es tremenda” y por lo tanto recalcó que “tienen que tener políticas distintas”.
El secretario general de la OEA sostuvo que en este momento, por primera vez se pone en discusión el tema en términos generales y se analizan las particularidades de cada país. Además asoman consensos novedosos como por ejemplo que ya casi nadie habla de guerra contra las drogas, o en todo caso se considera una guerra condenada a fracasar. También hay consenso en cuanto a la necesidad de introducir un enfoque de salud pública respecto a los adictos y los consumidores como posibles adictos, que implica la despenalización del consumo.
Consultado sobre la posibilidad de que Uruguay encare efectivamente un camino de regularización de la marihuana, Insulza remarcó que la discusión sobre esta droga y la despenalización del consumo son dos de los debates principales que emergen en esta nueva etapa.
Enfatizó que Uruguay es “un lugar donde las cosas se pueden discutir de manera madura, tranquila sin que esto provoque fracturas ni mucho menos”. Y agregó: “hay dos temas que el informe deja en claro y que son ampliamente discutidos. El tema de la marihuana en primer lugar y el tema de la despenalización del consumo”. Aseguró que vale la pena hacer esos dos debates y ver lo que resulta.
Asimismo, hizo hincapié en que dentro de la gente que consume drogas solo el 7% es adicta, el resto consume y de ese 7%, el 7% consume más de la mitad de la droga de la que se consume en total. “Es por eso que hay gente que está en un estado de adicción peligrosa para sí mismo y para los demás. Posiblemente en este caso haya que forzarlo a internarlo y tratarse pero eso no es una cárcel”.