El Presidente Mujica dijo que su encuentro con el papa Francisco fue positivo. Para el presidente, hablar con el papa Francisco fue "como hablar con un amigo del barrio". "Es un Papa que yo creo que, si lo dejan, se va a poner a hacer una revolución en el seno de la Iglesia, hacia la sencillez", dijo.
El presidente le planteó al Papa su preocupación por la situación de Colombia y su convicción de que la Iglesia podría jugar un papel relevante para la solución de esos conflictos. "Le pedí al Papa, no en términos de rogativa, sino en términos de humanidad, que, teniendo en cuenta el peso social de la Iglesia Católica, hagan todo lo que puedan para que el proceso continúe y llegue a buen puerto, por lo que significa para Colombia y toda América", señaló.
Mujica habló sobre la presencia de sacerdotes católicos que actuaron en la época de la revolución artiguista y recordó la figura de “Tucho” Methol Ferré, un intelectual americanista de convicciones católicas.
Mujica le dijo al papa que su prioridad es continuar combatiendo los núcleos duros de pobreza. "Yo le pido a esta Iglesia, y a todas, que traten de echar una mano militante, no solo en cuestión de recursos económicos, que no se arregla solo con recursos económicos. Hay que poner otros tipos de recursos", le manifestó al papa.
Tras el encuentro, Mujica le regaló al Papa tres estatuillas de estilo "gaucho" y el libro de Methol Ferré y Alver Metalli "América Latina en el siglo XXI".
El papa Francisco, por su parte, regaló a Mujica una copia de las conclusiones de la asamblea de los obispos latinoamericanos reunida en Aparecida (Brasil). "Puedes buscar en el índice y leer los temas que te interesen", le explicó.
Según un comunicado oficial del Vaticano, Francisco dijo que Mujica era "un hombre sabio".