“Es el Negro”, dijo Estefanell aludiendo al apodo de Amodio Pérez. Dijo que la sensación al ver la foto publicada por El Observador fue “rara”. “Es como si 40 años se esfumaran de pronto. Se esfumaran pero también están ahí. Como si fuera un truco de magia, pasó tanto tiempo pero esta es la realidad: reapareció Amodio”, afirmó en No toque nada.
En las respuestas a El Observador, como en las tres cartas anteriores, Amodio Pérez niega la versión que le adjudica a él la traición. Dice que fue usado como “chivo expiatorio” para ocultar los errores en las decisiones militares que tomaron Raúl Sendic, Eleuterio Fernández Huidobro y José Mujica. Además, dice que él solo “ordenó” los papeles de los militares con los nombres de los integrantes de la organización surgidos de los interrogatorios a “docenas” de detenidos.
También dice negó que haya salido vestido de militar a la calle para “marcar” compañeros, una imagen que se ha sostenido desde la versión oficial de la historia del MLN. Dice que a los detenidos se los vestía así para todos los traslados.
Estefanell dijo que Amodio Pérez tiene “una memoria fabulosa, recuerda con mucho detalles los hechos del pasado y hasta los modismos de algunos compañeros. En la primera carta pone una metáfora que usaba el Pepe, un adjetivo que usaba el Ñato”.
El escritor, que escribió una columna en 180 revelando que Amodio Pérez le había escrito una carta, señaló que ha cambiado su manera de ver “la traición”.
“Después de 40 años yo calificaría distinto las actitudes ante la represión, ante la derrota, que van desde lo heroico hasta la entrega, quebrarse, no ver la luz más allá del túnel que significa la tortura, la capucha, no tener defensa. Según la ley de estado de guerra que se votó en esos días, el habeas corpus duraba 30 días sin poder ver un abogado o juez”, afirmó.
“Creo que mucha gente se quebró y lo comprendo. Cada cual tuvo una conducta que está condicionada por una cantidad de cosas. ‘El Negro’ en los últimos días estaba muy afectado por la caída de su compañera, por la situación del MLN. Era un tipo cascoteado, una palabra que usábamos mucho en ese momento”, agregó.
Para Estefanell la parte más interesante de esta historia está en los 40 años que Amodio Pérez ha pasado en la clandestinidad. “Cómo se conservó 40 años en silencio para mi es el quid del asunto. La curiosidad que me despierta en lo personal, más allá de las versiones de la historia del MLN, es este larguísimo lapso. Son cuatro décadas en las que se llamó a silencio…”, dijo.