"Hoy estamos ofreciendo lo mejor de nosotras", dijo una joven voluptuosa que esperaba una "gran afluencia de clientes" desde su vitrina en ese barrio, famoso por las mujeres medio desnudas que posan ante la mirada de miles de turistas venidos del mundo entero.
"Hoy daré lo mejor de mi, seré como la reina Máxima que también dará lo mejor de sí", aseguró esta mujer de 27 años, de origen italiano-libanés, y cuyo trabajo está regulado en Holanda.
En lugar de las tradicionales tazas, llaveros y ceniceros que se ofrecen en otras zonas de la ciudad, el Barrio Rojo ofrece prendas íntimas o preservativos con forma de corona o que que rezan "Yo soy el Rey", o semillas de cannabis real.
"Hoy que muchos turistas y holandeses vengan a divertirse con nosotros", dijo Alistair, un holandés de 37 años, gerente de uno de los sex shops del céntrico barrio, a pocos metros de la Plaza Dam y Palacio Real, donde este martes la reina Beatriz firmó su abdicación tras 33 años en el trono.
"Yo le pediría al nuevo rey que me dé otro trabajo y me saque de aquí", señaló una prostituta. "Este trabajo es horrible", añadió.
En Holanda, donde la industria del sexo representa ingresos millonarios, no son llamadas 'prostitutas', sino 'trabajadoras del sexo'.
Holanda es el único Estado en el mundo que tiene una política de despenalización de las actividades ligadas a la prostitución. Fue en el año 2000 el primer país en legalizarla, pero aún así no evitó denuncias por la trata de mujeres con fines de explotación sexual por parte del crimen organizado.
En una tienda que vende drogas autorizadas, la encargada celebra la llegada de una argentina a la monarquía de Holanda.
"Es la hora del tango para nuestros países", dijo, mientras aconsejaba a un joven qué cannabis elegir para la fiesta.
Una tienda con juguetes y fantasías sexuales para homosexuales decoró su escaparate de forma especial: dos hombres casi desnudos únicamente cubiertos con un taparrabos de cuero, boina negra y adornos de látex, protegen a la reina Beatriz, cuya imagen se encuentra detrás de ellos.
Varios bares, decidieron lanzar en forma limitada, cervezas en honor del nuevo rey y su madre.
Una de ellas la "cerveza de la abdicación", producida en la ciudad de Rha (este), tuvo tanto éxito que su creador Steve Gammage decidió lanzar 10.000 litros a la venta, diez veces más que su proyecto inicial.
"Utilicé diferentes tonos de malta que le dieron a la cerveza el tinte naranja", explicó orgulloso a la AFP.
La cerveza se sirve en un vaso en el que reza la siguiente leyenda: "El príncipe Pils (ndlr: Cerveza como se lo apodaba en su juventud) se ha convertido en rey".
Todas las tiendas de Amsterdam estaban este martes teñidas de color naranja, en homenaje a la Casa de Orange real.
Lentes de sol, camisetas, gorros, coronas, collares, todo de colores naranja.
Varias tiendas ofrecen caramelos, chupetines con las fotos de nuevos reyes de Holanda.
Eso no es todo: por internet se ofrece un mini vibrador masajeador que dice on "Ik Willem", un juego de palabras en neerlandés cuya traducción "Lo quiero".
Conocido por su política de tolerancia con las drogas suaves, en muchos casos las semillas de cannabis también se tiñeron de naranja.