Tiranos Temblad, que llegó a 10 capítulos, se autodefine como un “resumen de acontecimientos uruguayos en YouTube”. Cada lunes se ofrece un nuevo episodio que dura alrededor de seis minutos en el que se muestran algunos segundos de cada video destacado de la semana que involucre a Uruguay acompañado de la locución de Ferrando, quien le aporta humor pero no burla.
“Yo trabajo mucho en video, edito todo el día, todos los días, y estaba en una época que se venían varias semanas de tranquilidad, entonces pensé que iba a ser un lindo pasatiempo y a los dos o tres días ya había subido el primero”, contó a 180.
Todas las noches Ferrando busca en YouTube palabras clave como “Uruguay”, “Montevideo” o “uruguayo” y navega por perfiles de usuarios nacionales. Antes lo hacía una vez por semana, pero al poco tiempo se dio cuenta de que se suben diariamente alrededor de 100 videos que tienen que ver con Uruguay, por lo que “no te da la paciencia ni la concentración para ver qué cosas buenas hay”.
De todos los que ve, él selecciona semanalmente cerca de 100, de los cuales termina dejando para el producto final unos 20 o 25.
Por lo general, los videos que utiliza prácticamente no tienen reproducciones, pero gracias a Tiranos Temblad consiguen trascender. “Es difícil conseguir views de la nada en YouTube, entonces pila de videos están teniendo más relevancia gracias a que los estamos logrando poner en un contexto de interés”, explicó.
Los episodios de Tiranos Temblad tienen alrededor de seis mil visitas cada uno. “Es muchísimo más de lo que hubiera esperado”, comentó Ferrando, ya que no lo hizo “con el fin de que sea popular”. “En las primeras semanas me daba mucha vergüenza y traté de no mandárselo a nadie que me conozca, o sea, trataba de moverlo en YouTube pero que no me viera ninguno de mis amigos ni nada porque me daba vergüenza”, contó.
Agustín Ferrando, de 32 años, es el responsable del área de video de la productora Mónaco. Diariamente edita audiovisuales y ahora también se encarga él solo de Tiranos Temblad. “Me satura completamente mi vida laboral y mi vida en general. Mucha gente me dice ‘yo pensé que era un pendejo al pedo que no tenía nada que hacer y se pone a ver videítos de YouTube y los recomienda’, y no saben que soy una persona que está luchando contrarreloj y encontrándole la vuelta para poder hacer convivir mi vida laboral con este hobby que pretendo tratar de seguirlo sacando todas las semanas todo el tiempo que pueda, pero es 100% a pulmón”, dijo.
“Yo tengo experiencia de hacer videos y mostrar, pero no me había pasado que a gente tan distinta le gustara”, dijo. Con sus productos le pasaba que, por ejemplo, “al grupo de amigos más rockero le gustaba pero al grupo más intelectual no”, y ahora “en todos los grupos hay embajadores que les gusta, de todas las edades”.
No está en venta
Por el momento Ferrando no piensa en el futuro de su producto. “Lo más importante es mantener la constancia: que todos los lunes haya un capítulo nuevo”, dijo.
Por otro lado, no quiere “ninguna presión de ningún tipo que haga que el producto empeore”.
“En las pocas semanas de vida que tiene he recibido ofertas de todos los canales que conozco de televisión”, dijo. “En principio estoy tratando de mantener una política de descontaminación del producto. Yo quiero que este producto, que es una cosa de internet, libre, que hago como hobby pero en serio, se mantenga así”, agregó.
Cuando dice “presiones”, Ferrando se refiere a sugerencias de poner un video o sacar otro. “Uno de mis objetivos es mantener el producto lo más limpio y puro posible”, señaló.
Sin embargo, hay programas de televisión abierta que levantan cada episodio completo de Tiranos Temblad. “En principio es algo que me ayuda, porque siento que son medios paralelos. La televisión no compite con internet, en todo caso es al revés. Ahora ellos me hacen un favor mostrándolo, porque cada vez que lo pasan en la tele llega un montón de gente que no lo había visto”, aseguró.
Tiranos Temblad no le genera ninguna ganancia a Ferrando. “Lo que pasa es que si el precio a pagar para que me dé rédito económico es tener que modificar el producto, no lo haría, prefiero dejar de hacerlo a que me lo paguen y tener que modificarlo”, concluyó.