Cómo funcionan las tobilleras electrónicas

Desde este mes están operativas las tobilleras electrónicas para monitorear a víctimas y agresores en casos de violencia doméstica. Si el agresor se acerca a menos de un kilómetro de la víctima, se lo llama por teléfono para averiguar qué hace allí, y si no se aleja, un patrullero se traslada hasta ese lugar.

Actualizado: 03 de febrero de 2013 —  Por: Redacción 180

Cómo funcionan las tobilleras electrónicas

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El monitoreo consta de tres elementos: una tobillera, un rastreador para el agresor y un rastreador para la víctima. Los rastreadores, que funcionan con un sistema GPS similar al de los celulares, deben llevarlos todo el tiempo.

Los equipos deben ser cargados tanto por la víctima como por el agresor. De lo contrario, el Centro de Monitoreo y Control recibirá una alarma.

El dispositivo que lleva la víctima permite el monitoreo para una zona dinámica que estará definida por el lugar donde se encuentre.

Mientras que la víctima lleva el rastreador se muestran tres "anillos de actuación". El primero define la zona de emergencia donde se ubica el transmisor y la persona, el segundo anillo refiere a la zona de restricción y corresponde a la medida cautelar que dispuso el juez, que generalmente es de 200 o 300 metros, mientras que el tercer anillo refleja una zona de advertencia y que completa un área de 1.000 metros en total entre los tres anillos para alertar a la víctima cuando su agresor la traspasa.

El traspaso a la zona de advertencia (1.000 metros) no implica que la persona haya incumplido ninguna medida cautelar definida por el juez, sino que sirve para tener un margen de advertencia y prevención.

Si el victimario transgrede ese anillo, la primera acción que se toma es comunicarse con la víctima para ponerla en alerta. Luego se llama al agresor y se le pregunta qué hace en el entorno de la víctima y se le indica que tiene que salir de allí.

Si el agresor no conteste la llamada o no se retire del lugar, se activa un protocolo de actuación por el cual el Centro de Monitoreo se comunica con el 911 y se envía un móvil patrullero al lugar donde se encuentra la víctima.

El sistema también permite detectar zonas fijas de exclusión, como un lugar de trabajo de la víctima o una escuela donde asisten niños involucrados en el problema de violencia.

El juez es quien determina la cantidad de metros de la zona de exclusión, el plazo de esa medida y la prohibición de acercamiento a lugares físicos.

Las zonas fijas de exclusión funcionan de la misma manera que la zona dinámica: si el agresor se acerca a menos de 1.000 metros, se emite una alarma al Centro de Monitoreo y se genera la advertencia a la víctima, se llama al agresor y si se es necesario, se envía el móvil al lugar donde se encuentra la víctima para protegerla.

Este procedimiento ya está operativo pero ún no hubo resoluciones judiciales para su implementación. Al principio se aplicará solo en Montevideo, pero de acuerdo a las necesidades se podrá expandir al interior del país. En esta primera etapa se utilizarán 100 pares de equipos.

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