El viernes, el gobierno del archipiélago confirmó la fecha (el 10 y el 11 de marzo) y anunció la pregunta del referéndum, en el que los electores podrán responder con "sí" o "no".
"El resultado del referéndum demostrará de una manera clara, democrática e incuestionable la manera en que la gente de las Islas Falkland el nombre con el que los británicos denominan las islas quiere vivir su vida", dijo el gobierno en un comunicado.
La redacción de la pregunta es el resultado de dos semanas de consultas públicas con el asesoramiento de expertos, indicaron las autoridades del archipiélago.
La pregunta se acompaña de un preámbulo que explica el actual estatuto político de las islas y deja la puerta abierta a una nueva consulta en caso de victoria del "no".
"Si hubiera una mayoría de votos en contra del estatuto actual, el gobierno de las Islas Falkland llevará a cabo las consultas y el trabajo preparatorio previo para llevar a cabo un nuevo referéndum con opciones alternativas", dice el texto.
La consulta se hará bajo la supervisión de una misión de observadores internacionales "para demostrar que se lleva a cabo de manera justa y libre", indicó el gobierno de las islas.
A principios de enero, la presidenta argentina Cristina Kirchner publicó un llamamiento en forma de anuncio en la prensa británica pidiendo a David Cameron el "fin del colonialismo" en el archipiélago.
Sin embargo el primer ministro británico rechazó este llamamiento insistiendo en el derecho de autodeterminación de sus habitantes.
"El futuro de las Falklands debe ser determinado por los propios isleños, la gente que vive allí", dijo el premier conservador.
Argentina rechaza este referéndum porque considera a los malvinenses como "población implantada" por el Reino Unido.
Las Malvinas, situadas en el Atlántico Sur, están bajo control británico desde 1833, pero Argentina reivindica insistentemente su soberanía.
La disputa entre los dos países dio lugar en 1982 a una sangrienta guerra de 74 días que dejó 649 soldados argentinos y 255 británicos muertos, aunque desde entonces Argentina canaliza sus reivindicaciones por la vía diplomática.
En 2012, el 30º aniversario del conflicto estuvo marcado por una escalada verbal entre Buenos Aires y Londres, y denuncias argentinas sobre una "militarización" británica de la zona y la exploración de posibles recursos petroleros, uno de los puntos de fricción.
En su mensaje navideño a los malvinenses, Cameron denunció los intentos argentinos para "aislarlos, bloquear su comercio y socavar sus industrias pesquera, de hidrocarburos y turística legítimas".
AFP