Portal 180

¿Qué autores pesan en tu escritura?

Más que pesar, lo que hacen es acompañar e ir señalando.

Serían los que están citados en el libro, y estos otros: Heráclito, Rilke, Simone Weil, Edmond Jabés, Pessoa, M. Duras y E.M. Cioran.

¿En Perseguir hay prosa poética o poesía en prosa? ¿A qué se debe la elección?

Escribir en prosa me implica un esfuerzo de transparencia. Hay algo que estoy tratando de decir, de esclarecer, entonces quiero llegar hasta esa claridad llana, sin más.

Trato de escribir sin adornos, sin decorar, limitándome a expresar eso que me llama a ir hacia ahí. Muchas veces el texto es como una búsqueda, hasta que puede llegar a su frase final y decir eso que atravesó, que primero tuvo que dejarse escrito, transitarse. Como una práctica de errancia: ir, a ciegas, hacia algo que se vislumbra.

Además, cuando leo, lo más rico y lo más hondo que me pasa es encontrarme con voces híbridas, que no establecen un pacto definido o que proceden por fragmentos diversos y no por secuencias lineales. Me gusta cuando un libro es heterogéneo y en su recorrido hay historias, pensamiento, imaginación y sensaciones.

¿Por qué Perseguir?

Esa fuerza que pulsa por salir, por abrir y encontrar, esa fuerza que siempre pide más, que corroe, desarma y atraviesa, ¿hacia dónde va? ¿Cuál es su final? ¿Qué pretende?

Supongo que, en el hueso de todo, lo único que no es ni ficción ni simulacro es la fuerza misma, no aquello que deseaba.

Martín, ¿qué se persigue?

El deseo siempre persigue lo otro, lo que no es lo propio, lo que abre la ventana, lo que falta. Pero eso, antes que ser una presa que quisiéramos aferrar, se manifiesta, llega y se expresa, si sabemos soltar nuestra expectativa y respirar fuera de ella.

En este sentido el libro es un tránsito que busca exorcizar el deseo, socavar todas sus búsquedas hasta dejarlo desnudo. Como cuando un director de teatro busca, ante todo, que los actores se desarmen de sus recursos, que se deshagan de ellos para empezar a trabajar desde allí, desde lo nuevo.