“Mandan fotos de Kevin como que le están volando la cabeza”, dijo Milton Berreta, tío y padrino del joven fallecido, refiriéndose a imágenes de Kevin alteradas con Photoshop en las que aparece el joven sangrando, con un ojo morado y con un arma que le dispara un balazo en la frente. Este tipo de fotos fueron subidas y divulgadas en la red social Facebook el pasado 12 de noviembre, justo un año después de la muerte del animal a manos de los jóvenes.
Berreta aseguró que había personas que “por lo que había hecho a la perra lo corrían para pegarle”. Eso pasaba muy seguido cuando lo veían en la calle, por lo que él ya prácticamente no podía salir de su casa.
“Las víctimas directas fueron ellos pero abarcó otra parte de la familia también”, contó Berretta. El hermano de Kevin quiere abandonar sus estudios en la UTU ya que es hostigado y además un docente “cada tanto” le recuerda el tema.
“Se le dio demasiado vuelo” al tema, opinó el tío de Kevin. “Lo que hicieron los chiquilines fue feo, estuvo mal, pero tampoco es para condenarlos de por vida”. Él considera que “hay cosas que se deberían castigar mucho más fuerte que eso”, y ejemplificó con que en Nueva Palmira recientemente hubo tres casos de personas que murieron en accidentes de tránsito, “todos por irresponsabilidad”.
Kevin había tenido un transplante de corazón y tenía programado estudios para diciembre. En los últimos días se empezó a sentir mal: “caminaba 20 metros y se ponía morado”, por lo que le adelantaron los estudios. Este miércoles lo llevaron a Montevideo, donde sufrió un paro cardíaco y el jueves falleció.
El padrino de Kevin aseguró que revivir los hechos tanto por videos en televisión o por las campañas en redes sociales influyó en la salud del adolescente.
“Durante el velatorio había una cantidad bastante importante de muchachada, de amigos de ellos, lo que indica que los chiquilines tan malos no son”, señaló Berretta.
El tío de Kevin dijo que los adolescentes involucrados en la muerte de la perra “miraban a la gente con miedo porque no sabían con lo que les iban a salir”. Había jóvenes que señalaban a Kevin en la calle y decían: “mirá, ese es uno de los que apaleó el perro”.
Kevin tenía 15 años pero ya no iba al liceo. Este año lo comenzó pero “empezaron las complicaciones y los problemas” de hostigamiento y tuvo que abandonarlo.
La familia de Kevin no realizó ninguna denuncia pero tampoco hubo comunicación ni seguimiento por parte del INAU. En los diez días siguientes al hecho fueron retenidos en un hogar de ese organismo para protegerlos de las eventuales agresiones que se convocaban en las redes sociales. Luego de las movilizaciones y la aparición en los medios, los jóvenes “quedaron marcados”. “Se sentían señalados”, indicó Berretta.
“Son chiquilines que les cuesta mirarte a la cara”, dijo. “A tres de cuatro chiquilines los están persiguiendo como si hubieran matado a la Madre Teresa”, agregó.
“Escrache para siempre”
La persecución a los cuatro jóvenes que mataron a la perra fue especialmente a través de Facebook. En esa red social hay diferentes grupos y páginas que subieron imágenes de los involucrados junto a sus nombres y apellidos. En noviembre pasado, las imágenes incluían números de teléfono y direcciones de las casas.
Una de las imágenes muestra a los cuatro jóvenes en la parte superior, en el medio dice “ESCRACHE PARA SIEMPRE” y abajo hay fotos de seis personas a las que se las identifica como “familiares de los psicópatas”.
En enero de este año, un joven publicó en el muro de uno de estos grupos que Kevin se encontraba en ese momento en la terminal de Tres Cruces, que embarcaría a las 20 horas en la empresa Intertur en el andén “34 o 35” y terminaba su mensaje dirigido a los que querían “hacer justicia” diciendo: “todo suyo”.
“No olvidamos, no perdonamos, somos legión”, dice otro de los mensajes publicados. Refiriéndose a Kevin, el autor de ese mensaje además escribió: “Esperamos que tenga mayoría de edad... Esperaremos pacientemente si la enfermedad no lo mata antes".
"¿Sabés por qué no te hemos dado tu merecido? Porque estamos esperando que ya no seas menor", escribió una mujer a uno de los implicados en la muerte de la perra.
El pasado 12 de noviembre, al cumplirse un año de la muerte del animal, una cuenta de Facebook dedicada a ayudar a mascotas perdidas y encontradas publicó una imagen con las fotos y la identidad de los cuatro implicados. Arriba dice “Ni olvidamos ni perdonamos”. La imagen fue compartida casi 500 veces y cuenta con más de 30 comentarios, entre ellos varios que piden que “ojalá se mueran los cuatro”.
Imagen difundida a través de Facebook el pasado 12 de noviembre (distorsionada por 180)
Hay una “impunidad muy grande” en las redes sociales
Paula Baleato, coordinadora de la agencia de comunicación por la infancia y la adolescencia Voz y Vos, explicó a 180 que las leyes actuales no tienen en cuenta la masificación de las redes sociales, por lo que “no hay legislación específica vinculada a internet”.
Baleato explicó que “el INAU no actúa de oficio” ante casos de derecho de imagen de menores de edad, solo actúan ante denuncias.
Además, hace muchos años que no se aplican sanciones económicas a los medios. Hay una resolución del directorio del INAU del año 2002 que no fue levantada y que deja sin aplicación las sanciones económicas a los canales de televisión.
El artículo 96 del Código de la Niñez y la Adolescencia establece que “queda prohibida la identificación de la persona del adolescente por cualquier medio de comunicación, sin perjuicio de la información sobre los hechos”. Quien infrinja esta norma debería pagar entre 20 y 200 unidades reajustables, pero esta sanción no se está aplicando actualmente ya que “se han realizando observaciones” y “se ha priorizado el diálogo”, según lo que informaron las autoridades del INAU en las reuniones del Comité Técnico Consultivo sobre niñez.
Por otra parte, el artículo 11 establece que todo niño y adolescente “tiene derecho a que no se utilice su imagen en forma lesiva, ni se publique ninguna información que lo perjudique y pueda dar lugar a la individualización de su persona”.
“Todo el tiempo” hay casos de persecución en redes sociales, aseguró Baleato. Lo más común es el ciber bullying -acoso y hostigamiento a través de internet-, que en Uruguay se da en colegios privados, por ejemplo, pero en ningún caso hay sanciones más que las que se aplican internamente en los centros educativos.
Baleato, que es licenciada en sociología y se especializa en políticas de infancia y adolescencia, opinó que “queda un vacío bastante grande” en la ley y que la muerte de Kevin “deja en evidencia el desamparo que hay en este campo, que se presta a una impunidad muy grande”.
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