Era uno de los momentos más esperados y finalmente ambos jugadores no se evitaron, en un gesto simbólico que parece poner punto final al conflicto que arrastraban desde octubre de 2011, cuando el francés acusó a Suárez de racismo y éste fue sancionado con ocho partidos.
En otro partido entre ambos equipos, en febrero en Old Trafford, Suárez evitó dar la mano a Evra como muestra de su enfado por la acusación, lo que provocó una nueva oleada de críticas en el Reino Unido, tras lo cual el jugador uruguayo tuvo que pedir disculpas.
En los últimos días se había generado expectación ante este nuevo encuentro Suárez-Evra, pero las voces que opinaron al respecto parecían apuntar a que estaban seguros de que sí iba a haber apretón de manos.
Así se había manifestado un portavoz del United, que consideró que ese apretón iba a simbolizar la "unidad" entre los dos clubes, tradicionalmente rivales, mientras que el capitán del Liverpool, Steven Gerrard, se había mostrado partidario de la reconciliación por "responsabilidad".
El conflicto comenzó el 15 de octubre del pasado año en Anfield, cuando Suárez llamó "negro" a Evra en varias ocasiones y éste dijo haber sido víctima de un tratamiento racista.
El caso provocó un fuerte debate en el Reino Unido y se saldó con una sanción de ocho partidos contra Suárez, que negó en todo momento ser racista y consideró el castigo injusto y desproporcionado, por lo que plasmó su enfado con Evra en la negativa del saludo el 13 de febrero de este año, en la siguiente vez en que volvieron a coincidir sobre el terreno de juego.
"Estamos muy decepcionados por la actitud de Luis Suárez, por no estrechar la mano de Evra en el partido de ayer (sábado), el jugador nos había dicho antes que lo haría, pero luego optó por no hacerlo", explicó después de aquel incidente Ian Ayre, director general del Liverpool.
Antes de este nuevo Liverpool-Manchester United, el equipo de Suárez había aclarado que su jugador ya era adulto y que no había presionado para que estrechara la mano de Evra.
AFP
