En poco más de 24 horas el Mercosur cambió de postura y aceptó la incorporación de Venezuela sin el acuerdo de las cancillerías de Brasil y Uruguay. Ambas cancillerías tenían reparos políticos y jurídicos, según pudo confirmar No toquen nada con fuentes del gobierno. Luego de tres horas de reunión la presión de Rousseff y Cristina Fernández dio resultado.
Cristina Fernández explicó que la sanción a Paraguay es transitoria, hasta que nuevamente haya elecciones en ese país y se instale un presidente decidido por la voluntad popular. Agregó que las medidas no incluyen sanciones económicas. Esa suspensión fue aprovechada para habilitar el ingreso de Venezuela como miembro pleno del bloque.
El ingreso de Venezuela necesitaba de la aprobación del Congreso paraguayo, controlado por la oposición. Por esta razón, estaba demorado desde 2008, pese a tener la aprobación de los otros tres parlamentos del bloque.
Argentina impulsó en Mendoza la tesis de que la suspensión de Paraguay incluiría su derecho a voto y veto. Por tanto, según el gobierno de Cristina Fernández, Venezuela podría convertirse en miembro pleno del bloque. Sin embargo, esto fue resistido en las negociaciones previas por las cancillerías de Brasil y de Uruguay.
Fuentes de la cancillería uruguaya dijeron a No toquen nada que esta medida fue "sacada de la galera" ya que ninguno de los tratados del Mercosur contempla la posibilidad de suspender el voto y el veto de un miembro pleno. Por lo tanto, en la posición de Uruguay, esta decisión viola el Tratado de Asunción, fundacional del Mercosur.
La posición contraria de Uruguay había sido comunicada por el canciller Luis Almagro antes de partir hacia la cumbre de Mendoza. El cambio de postura de Dilma Rousseff, incluso contrariando la posición de la poderosa diplomacia brasileña con sede en el Palacio de Itamaraty, terminó de volcar las cosas hacia lo que pretendía Argentina.
La posición argentina había sido defendida por los cancilleres Héctor Timerman y Nicolás Maduro, de Venezuela.
En una reunión de más de tres horas, el viernes, Rousseff y Fernández presionaron a Mujica para que también apoyara esta decisión. Así se logró el “consenso” para que Venezuela ingrese como miembro pleno el 31 de junio en una reunión que se hará en Rio de Janeiro.