Una historia de dedicación

Marcelo Capalbo escribió Deleite, un libro en el que cuenta “cómo un chico de barrio se transforma en un deportista de alto rendimiento” a partir del talento pero, sobre todo, de la dedicación, la confianza y la perseverancia.

Actualizado: 07 de junio de 2012 —  Por: Diego Muñoz

Una historia de dedicación

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Cuando Capalbo pasó a menores de Malvín tuvo su primera gran frustración. Allí, en una categoría en la que los recién llegados compiten por un lugar con jugadores tres años más grandes, quedó fuera del equipo A. “Ese fue un año muy especial para mí, elegí el camino más difícil, el camino en el que hablando no se arregla nada, en el que hay que hacer y dejar todas las excusas. Sentía que tenía que mostrarles que se habían equivocado, mi orgullo estaba en juego. Entrené más que nunca, mi dedicación fue total”, cuenta Capalbo en su libro Deleite.

El momento lo superó con dedicación. “Cuando uno madura esto lo ve como una anécdota, pero realmente me enseñó a vivir, me enseñó a ser perseverante y que cuanto peor están las cosas más fuerte hay que estar. Nunca conseguí nada sin trabajo. La opción estaba hecha y lo que había elegido me hacía dar el máximo de mí cada día, ya que las condiciones físicas naturales que tenía no eran las ideales para el básquet, porque se busca gente alta. Ese año conseguí mi récord de puntos, fue en la cancha de Verdirrojo: 56 puntos”, recuerda el autor.

Hace más de un año Capalbo se sorprendió con la llamada desde la editorial Fin de Siglo que le propuso escribir un libro. Se tomó unas semanas y aceptó. “Me hizo mucho bien porque empecé a recordar cosas que no tenía presente, a asimilar vivencias y a acordarme de mi historia", comenta.

“Al principio costó porque en cuatro hojas había escrito toda la vida”, dice el actual entrenador de Aguada a 180 y agrega: “Lo que intenté fue pasar un mensaje, una historia en un sector de la sociedad como los jóvenes que tienen el exitismo de ser los mejores. Que entiendan que es difícil, que hay que pasar los procesos, esforzarse y aprender más de las cosas malas que de las buenas”.

“Un día jugaba Malvín contra Atenas, en cancha de Atenas, y estábamos citados al partido como reservas. El entrenador, Daniel Pérez, me dijo que me cambiara para estar en el banco y que estuviera antento. Se me paró el corazón, el momento había llegado, ponerme la camiseta de mi club de primera, estar en la charla con los jugadores más grandes, con tolo que eso conllevaba, ser uno más de ellos. Parte de mi sueño se estaba cumpliendo y el trabajo de tanto tiempo de mis entrenadores estaba dando sus frutos”.

Fue solo el comienzo. Además de Malvín, club en el que se inició y del que es hincha, Capalbo defendió varios equipos uruguayos y jugó en Grecia, España, Italia y Chile. Fue cinco veces campeón federal y dos veces campeón sudamericano. Sin embargo el libro no se centra en sus éxitos deportivos sino en cómo se esforzó para llegar a dónde llegó y en su crecimiento como persona. “En mi juventud conjugué el tiempo del estudio con el del deporte que a mi me enseñó mucho. A través del deporte aprendí valores como el compromiso para llegar a determinados lugares y para jugar en equipo y el sacrificio porque las cosas no se dan así nomás”, dice el autor de Deleite.

Para Capalbo el libro también fue una forma de despedirse definitivamente su época de jugador. “En el momento que me retiré del básquetbol mucha gente me planteó partido despedida y nunca quise porque yo del básquetbol no me quería ir y por lo tanto no me tenía que despedir de nada. Por eso siento que contar esta historia sirvió para cerrar la etapa de jugador”, comenta.