Hipertensión: el problema no está en el salero

La doctora María del Carmen Fontáns, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Hipertensión Arterial, dijo a No toquen nada que el consumo excesivo de sal está vinculado a la industria de la alimentación y no al salero. Otro problema es que el etiquetado de los alimentos no es claro para los consumidores.

Actualizado: 19 de mayo de 2012 —  Por: Redacción 180

Hipertensión: el problema no está en el salero

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En Uruguay no hay estadísticas de consumo de sal representativos de toda la población, pero se estima que el nivel de consumo por persona es similar al promedio mundial de entre 9 y 12 gramos de sal por día, un nivel que está muy por encima del necesario para vivir que es de 1.5 gramos.

El alto nivel de consumo de sal, junto con el sedentarismo y la carga genética, lleva a que la prevalencia de la hipertensión también sea alta. Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud Pública, el 37% de la población en general tiene hipertensión y está presente en el 70% de los mayores de 55 años.

Las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte en todo el mundo, incluido Uruguay. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó bajar el consumo de sal, en un escenario realista, a 5 gramos por día.

Según Fontáns, “el consumo excesivo de sal es un riesgo porque adelanta una hipertensión que tarde o temprano podría desarrollarse y porque además la sal tiene efecto tóxico directo sobre corazón, cerebro y riñón”. Agregó que no es un problema vinculado fundamentalmente al salero sino a la industria del alimento.

La gran cantidad de ingesta de sal viene de los alimentos industrializados. El 80% de la sal que se consume es de alimentos procesados, el 15% se agrega en la mesa (“viene del salero”) y el 5% es la sal que tienen los alimentos naturalmente.

Fontáns dijo que el consumo excesivo de sal, además de aumentar la presión, está relacionado con el aumento de otro factor de riesgo de enfermedades cardíacas: la obesidad. “Cuando usted come más sal, quiere comer más salado; si come más salado, tiene más sed; si tiene más sed, toma líquido. Retiene líquido y aumenta su presión arterial, pero a su vez, si toma líquido y ese líquido es azucarado, aumenta la obesidad”, explicó.

La solución finlandesa

Finlandia viene desarrollando exitosamente un programa de reducción de sodio: en 30 años, los finlandeses lograron bajar 40% su consumo de sal, lo que provocó un descenso en los niveles de presión de la población y redujo un 70% la mortalidad por enfermedades cardíacas.

La doctora Fontáns explicó que este país siguió las pautas de la OMS y que recomendó a la población reemplazar la sal de mesa por un sustituto que no contiene sodio. También se realizó una campaña a nivel de las productoras de alimentos, especialmente en las panificadoras, por lo que se redujo la cantidad de sal del pan.

En Finlandia “legislaron y redujeron el agregado de sal de los alimentos procesados (galletitas, enlatados) y por otro lado hicieron una campaña de educación al público y etiquetaron los alimentos”, indicó Fontáns. En los supermercados finlandeses, los productos están según el “sistema de semáforo”: “verde, consuma; amarillo, con precaución; rojo, no”.

Para la presidenta de la Sociedad de Hipertensión, el etiquetado actual de los alimentos envasados no es claro para los consumidores. “Las etiquetas actuales hablan de ‘miligramos de sodio por porción’ o ‘cada 100 gramos de alimento’, pero la gente no sabe cuántos son 25 o 300 miligramos de sodio”, indicó Fontáns. El problema es que se habla “de sal” pero los alimentos están etiquetados y medidos en miligramos de sodio.

Legislación

La OMS hizo un pedido a los gobiernos para legislar sobre la cantidad de sal que se le agregan a los alimentos. Además de evitar muertes prematuras, la prevención de la hipertensión reduce los costos de los sistemas de salud.

En Uruguay no hay legislación que limite la utilización de sal en la industria de elaboración de alimentos. Actualmente en la Comisión de Salud del Parlamento se evalúa un proyecto de ley presentado por el diputado Javier García que busca legislar sobre la publicidad para incidir en el consumo de comida con alto contenido de sal, azúcar y grasa en las cantinas en los centros de enseñanza.

En la comunidad médica hay consenso en que si se baja el consumo de sal y se adopta un estilo de vida saludable, descenderá la cantidad de hipertensos. Para Fontáns, el tema de la sal debe tratarse del mismo modo que se trató a la situación del tabaco, es decir, legislando, pero el obstáculo es la industria alimentaria que es “muy poderosa”.

Cómo se detecta la hipertensión

Sufrir de hipertensión arterial implica que la persona tenga la presión por encima de 14 – 9 (presión normal es 12 – 7). Uno de cada tres hipertensos no sabe que tiene la enfermedad y solo hay una forma de darse cuenta: tomarse la presión mediante un proceso con ciertas características.

Según datos de la OMS, solamente uno de cada ocho hipertensos tiene un control adecuado de la presión arterial, algo que es fundamental para que el tratamiento contra la enfermedad dé resultado.