El miércoles en la tarde, a causa del calor y del viento, el fuego se propagó hacia el otro lado de la Ruta 9, entre los kilómetros 292 y 294. “Es una situación difícil, no está dominada, está controlada con los trabajos que se están llevando adelante y en caso de que se revierta está todo previsto para los distintos escenarios. Lo que no hay que hacer es precipitarse, ni asumir decisiones, ni vivir con tremendismo lo que Bomberos está haciendo con el respaldo de otras instituciones", dijo el prosecretario de Presidencia Diego Cánepa.
Este jueves No toquen nada conversó con Matías Seré, poblador de la zona que estuvo trabajando en el lugar hasta las 3 de la mañana para extinguir el fuego. “Es la primera vez que nos dicen que el incendio está controlado. No vemos los focos con las llamas que veíamos ayer. Hoy está nublado, sin viento y llovió poquito. Ahora dependemos de que no vuelva el viento”, dijo.
Seré fue del primer grupo de pobladores que se acercó a trabajar en el lugar del incendio el viernes cuando se produjo. “Nosotros éramos 50, en primera instancia se pensó que estaba controlado. No había más de 20 bomberos y un camión cisterna que se quedaba sin agua en mal estado. Los bomberos se están deslomando, trabajando 20 horas, pero con muy pocas herramientas. Si hubiese habido un camión más el viernes se controlaba, pero después que entró en el monte es incontrolable y agarró mil hectáreas”, afirmó.
Seré dijo que cada cinco años hay un incendio en esa zona. “Son unos cinco kilómetros entre Punta del Diablo y la Esmeralda. Es una zona de pocos propietarios que no viven acá y tienen tierras muy grandes. La gente entra a sacar leña, son lugares están sucios. Si estuviesen limpios el incendio era controlable”, explicó.