Crímenes neonazis en Alemania

El descubrimiento el 12 de noviembre pasado de que una banda neonazi denominada Clandestinidad Nacionalsocialista cometió diversos asesinatos a inmigrantes en Alemania durante la última década ha alborotado a la sociedad alemana y al mundo.

Actualizado: 21 de noviembre de 2011 —  Por: Redacción 180

Crímenes neonazis en Alemania

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Además, la falta de esclarecimiento de esos crímenes y los indicios de que integrantes de la Oficina de Protección de la Constitución (BfV) fueron cómplices de varios de esos asesinatos, inició un debate en la sociedad y en los medios de comunicación sobre la “relativa indiferencia” del gobierno para detectar y frenar la acción de bandas terroristas neonazis o de extrema derecha.

La Deutsche Welle informó en las últimas semanas de las reacciones de medios de comunicación y de políticos a partir de los ataques de bandas terroristas de ultraderecha, y de su vinculación con agentes de la BfV (oficina encargada de vigilar la actividad de los grupos extremistas).

Por un lado, el ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, propuso crear un registro de los neonazis peligrosos, tal como el que elaboraron los servicios de inteligencia alemanes para identificar a los “grupos islamistas potencialmente violentos”. Esto, cuenta Evan Romero-Castillo, periodista de Deutsche Welle, deja ver por qué muchos reclaman que se controla con mayor atención a los radicales islámicos o de izquierda que a los neonazis o los de extrema derecha.

Por otra parte, la ministra de Justicia alemana, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, propone reestructurar a la BfV para evitar que acoja agentes encubiertos que respalden u oculten la acción de terroristas neonazis, sospecha que nació al comprobarse (el pasado 15 de noviembre) que un agente de la BfV estuvo presente en 6 de los 10 asesinatos atribuidos al grupo neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista.

El presidente del Sindicato Alemán de Policías, Rainer Wendt, reclamó directamente la disolución de la BfV, ya solo por el hecho de que no fue capaz de percibir que existía una banda neonazi que cometió 11 crímenes en 10 años. Wendt reclama también que desde principios de los 90 el sindicato está solicitando la elaboración de una lista como la que sugirió la ministra Friedrich.

Deutsche Welle informó que al descubrirse que Clandestinidad Nacionalsocialista llevaba cerca de 10 años asesinando inmigrantes, la policía alemana decidió analizar todos los casos irresueltos de asesinato o atentado cometidos a partir de 1998 y que puedan haber sido motivados por discriminación racial.

Por otra parte, esos asesinatos de Clandestinidad Nacionalsocialista llevaron a que un gran número de políticos alemanes reclamaran la prohibición del extremista y xenófobo Partido Nacionaldemocrático de Alemania. Pero como no pudo comprobarse que este partido haya cometido o incentivado crímenes o violaciones a la Constitución, se han rechazado los pedidos de prohibirlo.

Según el periodista y corresponsal en Berlín del periódico La Vanguardia (España), Rafael Poch, en los últimos 20 años la prensa registró 147 víctimas (incluidos sus nombres completos y las circunstancias de sus muertes) del terrorismo neonazi.

Sin embargo, afirma Poch, el gobierno alemán reconoce a solo 47 de estas víctimas, y no ha logrado esclarecerlas o relacionarlas entre sí.

Entre setiembre del 2000 y abril del 2006 se cometieron 9 asesinatos de comerciantes extranjeros (8 turcos y 1 griego) de similares características: disparos a quemarropa en la cabeza con una pistola checa con silenciador. Poch cuenta que la explicación de la policía fue “un caso de impagos de impuestos mafiosos de protección atribuido a redes delictivas extranjeras”.

El 4 de noviembre pasado, relata Poch en una de sus crónicas, los dos hombres integrantes de la banda terrorista neonazi huyeron en una camioneta, en la que se suicidaron al incendiarla con ellos dentro, eliminando así un gran número de pruebas. El mismo día la mujer integrante de la banda voló con explosivos la casa en que vivieron los tres, también colmada de pistas sobre sus planes y su proceder, y se entregó el 8 de noviembre. Entre los restos de la casa se encontró la pistola checa con la que se habrían realizado los crímenes.

Para Poch, toda esta red de crímenes neonazis y su vinculación con agentes de la BfV se apoya en la reforma del código penal de 1954, que estuvo a cargo del juez ex nazi Eduard Dreher, que impuso la prescripción de los crímenes de “complicidad con asesinato”. Según Poch, esta prescripción liberó de responsabilidad a los nazis, e impuso en Alemania una “desnacificación que contribuyó a una continuidad burocrática que aun hoy desprende un ambiguo tufillo”.

Una muestra de este “tufillo” que menciona Poch es el hecho de que, según su crónica, el fundador de Clandestinidad Nacionalsocialista, Tino Brandt, haya sido vicepresidente del partido neonazi y colaborador de la BfV.

Además, Poch denuncia que la BfV, en su informe de 2003, calificó con buenos términos al partido neonazi, al que caracterizó como “carente de distancia con respecto al Estado”.

Poch resume su punto de vista sobre la presencia de terroristas neonazis en Alemania, sobre su relación con autoridades del Estado y sobre que se los considere menos peligrosos que a los islámicos o izquierdistas recordando que el mayor atentado terrorista de la historia de Alemania de posguerra fue la de la Oktoberfest de Munich, en 1980, en la que hubo 13 muertos y 211 heridos, “y que fue obra de un neonazi que, según la investigación policial, actuó en solitario, sin cobertura, sin infraestructura y sin organización que le respaldase. Un misterio”, sintetiza Poch.